Varios factores explican que paguemos más. Y otros no permiten que esto se entienda, pero es así.
Nuestra dependencia de la interconexión con el sistema eléctrico francés, que tiene energía nuclear, nos afecta. Algunas centrales francesas estratégicas han hecho parones de su actividad por diferentes razones. Por otro lado, la parte impositiva que carga el gobierno a las eléctricas no se corresponde con el coste de generación de esa energía, particularmente con la de origen hidroeléctrico.
Con todo, los expertos tienen que reconocer que, sea justo o no, tenemos la factura de la luz más cara de nuestra historia.
El recibo de la luz de 2018 va camino de convertirse en el más caro. Algunos cálculos apuntan que un consumidor tipo con una potencia contratada de 4,4 kW y un consumo de 3.500 kWh/año tendría que pagar cerca de 790 euros durante este 2018.
A todo esto, el trabajo que se ha ido realizando en Menorca para subirse al carro de las renovables ha tenido un espaldarazo con el compromiso de la Ministra de Transición energética Teresa Ribera. Si Europa lo admite, Menorca podría tener recursos para viajar en el furgón de cabeza hacia el futuro. Pero, según indica Jesús Cardona, coordinador de las Directrices Estratégicas de Menorca, eso no quiere decir que dejemos de reclamar una sólida conexión eléctrica con Mallorca o que tengamos en cuenta otras fuentes suplementarias como la biomasa que -aunque no sirviera para generar electricidad- evitaría alcanzar puntas de consumo eléctrico en momentos del año en el que se precisa energía para calentarse.
Se podria añadir la falta de interés del gobierno para que las electricas mantengan unos beneficios extratosféricos… via “puertas giratorias”, cuando existen otras fuentes de energia mucho más baratas y respetuosas con el medio ambiente.