Un depósito intacto formado por un conjunto de unos 50 vasos prehistóricos en buen estado de conservación, que van acompañados de restos de huesos de animales, principalmente cabra u oveja y cerdo, han sido documentados por un grupo de arqueólogos del Museo de Menorca en lo que consideran “un hallazgo excepcional“. El descubrimiento aún está en proceso de estudio pero los especialistas interpretan que este depósito de vasos formaría parte de los rituales funerarios de comensalidad, el acto de compartir comida y bebida en una mesa, vinculados a enterramientos en cal dispuestos dentro del hipogeo, un hecho nunca documentado en Menorca. Con motivo de la próxima exposición dedicada al arqueólogo Joan Flaquer Fàbregues (1887-1963), que impulsa el Museo de Menorca, se han realizado varios estudios dedicados a su figura así como su colección particular, que se encuentra depositada en el Museo desde el año 2017. Desde el Museo explican que “a partir de estas investigaciones se ha sabido que una gran parte de los vasos prehistóricos de esta colección privada, casi un total de 300, provienen de un hipogeo situado en la Mola (Alaior). La mayor parte de estos vasos, que proceden del talayótico final, son de un tipo único y exclusivo de la isla de Menorca: el vaso de fondo alto que siempre se ha relacionado con fines rituales y simbólicos. Este descubrimiento fue excepcional, aunque Joan Flaquer no publicó nunca los resultados de esta excavación”. Con el fin de retomar el problema científico que inició Joan Flaquer con el descubrimiento del depósito de la Mola a principios de siglo XX, un equipo de arqueólogos del Museo de Menorca ha puesto en marcha nuevas investigaciones arqueológicas en el yacimiento. “La intervención partía de las escasas y confusas noticias que se conservaban en las notas personales de Joan Flaquer, y también de publicaciones de otros arqueólogos y amigos como Julio Martínez Santa-Olalla. Sabemos, también, que su mentor Antoni Vives Escudero colaboró con Flaquer en la excavación de sa Mola entre 1915 y 1920. Por otro lado se conservaba una carta de 1917 de Flaquer a Vives Escudero donde aparecía un croquis con el lugar del depósito de los vasos, en el exterior del hipogeo. La gran mayoría de autores inciden en la interpretación de que el yacimiento se trataría de un santuario dedicado a alguna deidad, tal vez la diosa púnica Tanit“, señalan desde el Museo. Este equipo de arqueólogos, formado por Montserrat Anglada, Octavio Pons y Bruno Parès, y coordinado por el Museo de Menorca, localizó el hipogeo y planteó dos tipos de trabajo documental para conocer cómo era la cueva en origen y cuál era su función. “Por un lado, se realizó una fotogrametría completa del hipogeo que permitirá realizar su modelado en 3D y, a la vez una reconstrucción hipotética de cómo era el hipogeo, antes las diversas modificaciones que había sufrido en el tiempo. Por otra parte, se llevó a cabo un sondeo arqueológico en el llamado patio delantero del hipogeo, una cavidad de forma irregular trabajada en la roca situada frente a la puerta de entrada del hipogeo. Además de localizar el lugar donde Joan Flaquer excavó el famoso depósito, se ha realizado un hallazgo excepcional. De este modo, se ha podido documentar una parte de este depósito intacto”. Aunque ya se han excavado este tipo de cavidades, algunas recientemente, nunca había encontrado un conjunto de estas características. En este momento, dado que el conjunto se encuentra en proceso de estudio, los especialistas señalan que se podría interpretar que este depósito de vasos formaría parte de los rituales funerarios de comensalidad vinculados a los enterramientos en cal dispuestos dentro el hipogeo. Este tipo de prácticas son muy comunes en otros lugares del Mediterráneo durante la protohistoria y en época clásica, aunque en Menorca, es la primera vez que se documentan. |