La galería de imágenes de imprudencias, maniobras peligrosas o irresponsabilidades en el mar sigue creciendo. El resultado más desfavorable es el de que haya quien sufra daños personales. Y esto ocurre, es una realidad también en las costas de Menorca.
Los responsables son aquellos que cometen las imprudencias pero, también, aquellos que permiten que unos turistas animados por vivir la aventura de navegar y que desconocen del todo cómo funciona una embarcación puedan ponerse en riesgo. A ellos, a los suyos o a un tercero.
Con el mes de agosto se multiplican los casos de embarcaciones que sufren desperfectos por un mal uso. O bien que acaban en el fondo del mar. Incluso que las hélices de un motor han alcanzado a alguien. Desde la Gaceta Náutica, su subdirector José Luis Miró, comentaba estos días en Radio Menorca que el modelo de Francia es un buen ejemplo de cómo se vive el mar, algo que debería aplicarse mucho más en nuestras costas.
La gestión de los espacios y las formas en la navegación debería estar más extendida y, sobre todo, debería ser comprobable por un título, aunque fuera básico. Dice Miró que basta una embarcación pequeña para alejarse tan lejos de la costa que suponga un riesgo para los que navegan.
¿deben alquilarse motos a quien no las ha conducido nunca aunque tenga el carnet B?