El mantener un equilibrio en nuestra vida implica la organización en la alimentación, porque de esta manera se puede mejorar nuestra calidad de vida. El orden inicia desde elaborar la lista de lo que hace falta en la cocina, hasta el momento de la cocción de los alimentos.
Lo primero es acudir con la lista de la compra en la mano, de esta manera se cuida el presupuesto y se evita comprar cosas innecesarias o de más, porque al improvisar se incluyen cosas que no resultan fundamentales.
Para cuidar nuestro organismo es vital comprar alimentos que sean naturales, es decir, que provengan de la vida vegetal o animal como: pescados, pollo, carnes, patatas, frutas, verduras y legumbres. Se debe evitar los alimentos procesados, porque en su mayoría están compuestos de colorantes, azúcares y grasas saturadas, que no aportan ningún valor nutricional o necesario para nuestro organismo.
En el caso de los Estados Unidos, país con mayor índice de sobrepeso en el mundo se debe a las familias no tienen tiempo ni recursos económicos, para acceder a alimentos que los ayuden a comer de manera saludable. Las malas condiciones laborales no le permiten a las familias tener tiempo de escoger y preparar sus alimentos, por lo que recurren a la comida rápida.
Al estar en el mercado se debe comenzar con los productos de limpieza, luego los alimentos en empaque como arroz, pasta, granos, y por último introducir los alimentos de origen animal: carne, pollo y pescado. Consecutivamente, los alimentos en estado líquidos como: yogures o leche, para evitar el menor tiempo posible fuera de la refrigeración.
Otro consejo importante es que antes de ir al mercado hayas comido, para así evitar tener hambre durante la compra, porque el hambre invita a adquirir productos que no estaban en la lista, y en la mayoría de los casos no tienen valor nutricional.
Al llegar a casa se debe guardar primeramente todos los productos que necesitan refrigeración. Luego ordenar de acuerdo al orden de llegada al hogar, es decir, que si todavía queda arroz en la despensa de un empaque anterior, este se debe colocar adelante, y el más reciente de último (por fecha de caducidad).
Al momento de cocinar los alimentos, los congelados son los que suelen llevar más tiempo para prepararlos, se suele colocar bajo el chorro de agua fría dentro de un envase, aunque este método conlleva a un gasto de agua.
También se pueden colocar dentro de un horno de convección con sistema de regeneración a ciclo mixto, temperaturas comprendidas entre los 120 °C y los 140 °C. Esta tecnología no permite que los alimentos pierdan sus valores nutricionales ni su sabor.
Una vez que la proteína esté descongelada, la recomendación para su cocción es que sea lo más saludable posible, al vapor, en olla express, en microondas, a la plancha o al horno. Si varía los modos de cocción igualmente obtendrá los nutrientes necesarios, pero en diversas presentaciones. Cada una potencia el sabor de los alimentos de manera distinta, y así podrá mantener en cumplimiento un estilo de alimentación saludable.
Lo importante es evitar los fritos y rebozados porque son técnicas que no resultan beneficiosas para el organismo, y derivan en enfermedades cardiovasculares. Los hábitos de orden en la rutina de alimentación contribuirán a la pérdida de peso.