Los sistemas políticos, de Estado y el funcionamiento de las administraciones ha variado a lo largo de la historia y también ha sido diferente según quien tomaba el control. En pleno siglo XXI y en un marco constitucional, democrático y donde el pueblo es soberano votando cada cierto tiempo a quien quiere en la palestra, ahora se plantean nuevas formas de gobernanza donde el ciudadano tiene la opción de proponer ideas, defenderlas y ayudar a que la administración la implemente.
La Agenda Local 21 es ejemplo de cómo la ciudadanía aporta opiniones, ideas o sugerencias en una administración cercana como es un ayuntamiento. Es un plan de desarrollo o estrategia municipal basado en la integración, con criterios sostenibles, de las políticas ambientales, económicas y sociales. Este plan de desarrollo se realiza con participación y toma de decisiones consensuadas entre las autoridades locales, personal técnico municipal, agentes implicados y ciudadanos del municipio. En su momento se circunscribía a un ámbito muy concreto (el puramente medio ambiental) y con la Carta de Alborg de 1994 supuso ampliar la carta de posibles áreas municipales en las que incidir. Las ciudades, y unidades territoriales firmantes se comprometieron a participar en las iniciativas locales del Agenda 21 de Naciones Unidas y a desarrollar programas hacia un desarrollo sostenible, a la vez que iniciaron la campaña de ciudades europeas sostenibles. Dando así valor a la protección del campo atmosférico y contrarrestando la contaminación de los cuales el ser humano es el mayor partícipe. En cierta manera, al hablar de desarrollo sostenible, que es algo que lo baña todo y no solo medio ambiente, se amplió el marco de actuación de la ciudadanía.
Esta amplitud continua con el Laboratorio de Innovación Social que se ha presentado en Sant Lluís. El objetivo es dar voz a la ciudadanía para que esté más presente en las administraciones hasta el punto de transformar territorios. Cuando un vecino aporta una idea y la ve tomar forma, acepta y entiende su vinculación con el marco social en el que habita. Y si su idea no prospera porque la mayoría tiene otra idea diferente, es más fácil asumir que la mayoría es la que decide y por tanto se entienden y respetan mejor las deciciones que finalmente adoptan los ayuntamientos.
Agirre Lehendakaria Center es una entidad pionera y referente en la innovación social y las nuevas formas de participación ciudadana y ha recogido la experiencia de su trabajo con varias administraciones para ponerlo de ejemplo para que Sant Lluís pueda adaptar estas nuevas formas de participación.