No hay día sin un ancla sobre posidonia. De punta a punta, desde las playas de Ciutadella, hasta las cristalinas calas de Sant Lluís. El exponencial crecimiento de las embarcaciones de recreo en Menorca ha puesto en guardia a responsables de vigilancia, asociaciones y plataformas que luchan por mantener limpias las aguas de la Isla. “Hay algunos que dicen que estamos boicoteando el turismo cuando les pedimos que corrijan el fondeo para evitar arrastrar bancos de posidonia”, expone Walter Bernal, patrón de una de las embarcaciones que vigilan la costa de Cala Galdana, en declaraciones a elDiario.es.
Es uno de los guardianes del mar, uno de esos ojos que mira por la salud de nuestras playas. “Mucha gente se embarca sin saber navegar y en muchos casos desconocen la importancia de no echar el ancla sobre sobre posidonia”, señala Walter, que fue pescador, trabajó haciendo chárteres y ahora vela por la protección de la planta acuática.
Mucha gente se embarca sin saber navegar y en muchos casos desconocen la importancia de no echar el ancla sobre sobre posidonia
En la Isla hay hasta cuatro barcos que tratan de cuidar que no se dañe el fondo marino, instruyendo a los navegantes sobre las maniobras de fondeo: “Sus funciones son las de asesorar e informar a las embarcaciones sobre cómo fondear bien y no causar impacto a la posidonia con el ancla o cadena, así como informar sobre las herramientas disponibles para el fondeo correcto”, detalla Marcial Bardolet, responsable del Servicio de Vigilancia en Balears.
En un reportaje de Santiago Torrado en la edición balear de elDiario.es y que recoge Menorcaaldia.com, Bardolet constata un crecimiento anual de las embarcaciones. “Quizá hemos detectado una menor afluencia de las grandes esloras, pero las embarcaciones recreativas y los chárteres siguen en aumento. Por otro lado, da la impresión de que también se reparten más en el territorio; por ejemplo, notamos más afluencia de navegantes en el norte de Eivissa que en Menorca”.
Jorge Casado es el responsable del Institut Balear de la Natura (Ibanat) de Menorca. Cumple sus funciones coordinando, junto con los patrones de cada embarcación de la Isla, el monitoreo y patrullaje de posidonia. “Nuestra función fundamental es informar”, explica.
Hemos notado que muchos patrones están concienciados y colaboran correctamente si se les solicita que se muevan
“Últimamente hemos notado que muchos patrones están concienciados y colaboran correctamente si se les solicita que se muevan. Los propios navegantes no quieren fondear en posidonia por su propia seguridad, por lo que en estos últimos años la colaboración mutua ha mejorado. Queda por resolver a una minoría que se niega a colaborar o que no entienden la importancia de esta planta marina”.
Dice Casado que el Servicio de Vigilancia no tiene competencias directas para sancionar (castigos que van desde los 100 euros, hasta los 2 millones), pero que sí que levantan actas si el patrón se niega a mover la embarcación: “No es lo más frecuente”, desliza.
“Cada año los resultados nos demuestran que la conciencia entre los patrones es mayor, es decir, que fondean mejor”. Así lo respaldan los datos: el impacto de los fondeos en las Illes Balears ha pasado de un 17% de embarcaciones mal fondeadas en 2018, a un 5% en el año 2021. “Es una muestra más de que el Servicio está consolidado y que, además, cumple con los objetivos por los cuales nació: concienciar, informar y entre todos conservar la posidonia”, asegura Marcial Bardolet.
Con todo, una hora de navegación entre Cala Galdana y Cala Mitjana basta para cerciorarse de que las irregularidades están a la orden del día. Los vigilantes corrigen fondeos y tratan de sortear embarcaciones que se alquilan sin titulación: “Esto también es un peligro”. Son los centinelas de la costa de Menorca, los encargados de mantener con vida el paraíso.