Oír al Sr. Sampol presumiendo de “coherencia”, es tan descabellado como podría ser escuchar a Judas presumiendo de lealtad o a Bárcenas jactarse de su supuesta honradez. Porque el Sr. Sampol está ahora, incoherente y –por expresarlo en sus propios términos- “furibundamente” empeñado, en pagar una “productividad” de 21.420 euros a los jefes de la policía que vienen percibiendo por partida doble en concepto de mantener una “disponibilidad” que ya se les retribuye en el complemento específico y que el mismo Sr. Sampol anuló firmando de su puño y letra un decreto el 13-10-2014. Esto sí que es “rocambolesco”.
El Sr. Sampol “coherente” con su línea de no enterarse de nada, por lo visto ni siquiera sabe que en el decreto que el mismo firmó se establece muy claramente “la legalitat d’acordar l’eliminació del complement de productivitat del cap de policia” que ahora –estando en funciones- el propio Sampol -en un alarde de incoherencia-quiere volver a otorgar.
El Sr. Sampol “coherente” con su línea de no enterarse de nada, no sabe que en ninguna comisión presidida por mí se “aprobó” retribuir “complemento de disponibilidad” alguno, sino que lo que se aprobó fue que el inspector y los subinspectores prestaran un servicio de “supervisor d’incidencies i plans d’emergències municipals” denominado X00 para lo cual estarían “disponibles quan siguin requerits encara que es trobin fora del seu horari laboral” y en radical contradicción con lo afirmado por el Sr. Sampol también se decidió que “les hores extraordinaries realitzades amb motiu d’estar cobrint el servei de X00, es compensaran sempre compensades amb temps”, nunca en dinero, según quedó plasmado en el Reglamento de Policía Local de Ciutadella. Y quien emitió el decreto otorgando una retribución no fui yo –que era “regidor de personal excepto policía local”-, sino una concejal del PP.
Como tampoco se ha enterado -porque probablemente según su inveterada costumbre, ni se ha tomado la molestia de leerla- de que la sentencia a la que alude en realidad deja la puerta abierta de par en par a que el Ayuntamiento anule la productividad en cuestión, al recoger entre otros el siguiente razonamiento jurídico: “en realidad las funciones de supervisión de incidencias y planes de emergencia municipales (X00), ya forman parte de las funciones del puesto de Jefe de la Policía Local, para lo que percibe complemento específico, por lo que nada ha lugar a retribuir suplementariamente”. Y aunque determina que ha de abonarse al jefe de policía esa productividad hasta que se emita nueva resolución, por un error formal en la motivación del decreto del año 2012 en la que incomprensiblemente en vez de introducir la verdadera causa, que no era otra que la productividad se anulaba porque ya se pagaba la disponibilidad en el complemento específico, se indicó que “se suprimió el complemento porque és previst que el cap de policia i el subsinspectors deixin de realitzar les funcions per les que es va concedir dit complement y no siendo ello cierto, el acto debe anularse por motivación falsa”. Y añade la sentencia que: “si luego la Administración entiende que debe suprimir el complemento por otros motivos, como porque en realidad retribuye funciones que ya son propias del puesto de Jefe de Policía Local (art. 12 Reglamento) y por las que percibe el correspondiente complemento específico, así podrá acordarlo”.
Claro que, el hecho de que el Sr. Sampol no se lea lo que firma tampoco es nada nuevo ya que, según correo electrónico que le remití el 18-09-2014, sobre el alquiler de Can Saura, entre otras cosas textualmente le escribía: “Damos nuestro apoyo dando por supuesto que en el contrato constará que todos los gastos de mantenimiento son a cargo del Ministerio y que debe devolver el inmueble en las mismas condiciones en las que se recibe”. A lo cual me contestó textualmente: “por supuesto. Al Ajuntament no le va a costar nada. Va ha ser un contrato de inquilinato”.
Y sin embargo el Sr. Sampol estampó su firma con la leyenda “conforme la propiedad” al pie de una “propuesta de cláusulas para el contrato de arrendamiento del edificio de Can Saura” en la que entre otras cosas se leia:
“Los gastos propiamente de comunidad que resulten del régimen especial de proindivisión del inmueble (portería, ascensores, luz de uso general…) serán a cargo del arrendador (o sea del Ayuntamiento), así como los impuestos, contribuciones especiales y arbitrios que graven la propiedad del local”.
“El arrendatario no estará obligado a devolver el local con la misma distribución de espacios que tuviera inicialmente, pudiendo mantener las divisiones o mamparas añadidas, en su caso, sin que por ello deba indemnizar al arrendador”.
Esta negligencia del Sr. Sampol tuvimos que arreglarla desde UPCM, modificando el contrato en consecuencia según moción nuestra aprobada en el Pleno Ordinario de octubre 2014.
En cuanto al término “furibundo” que se ha permitido utilizar equivocadamente refiriéndose a la coherente oposición que UPCM viene manteniendo desde hace años a que se retribuya la disponibilidad del inspector y los subinspectores de la policía local por partida doble, tanto en el complemento específico como en el de productividad, que quede claro que el Sr. Sampol en vez de descalificar actitudes de los demás haría bien en aplicarse la definición a sí mismo, porque a nadie de UPCM le dio ningún ataque “furibundo”, ni perdió los papeles la noche de las elecciones, tal y como le sucedió a él, hasta el punto de que otros miembros de su partido tuvieron que disculparse por él.
El Sr. Sampol, en sus últimos días de mandato está protagonizando un episodio esperpéntico detrás de otro, hasta el punto de haber procedido de una forma más o menos caciquil al decidir terminar gobernando a golpe de decreto, disolviendo en la práctica un órgano colegiado como es la Junta de Gobierno dando “instruccions” de “que no es celebraran sessions de Juntes de Govern fins a l’entrada del nou consistori. Tots els acords que s’hagin de prendre es faran mitjançant resolució”.
Una forma de proceder más o menos despótica, muy acorde sin embargo con el talante de Sampol. Ya veremos que nuevos espectáculos nos deparará esta forma de actuar a golpe de decreto en la agonía del desgobierno Sampol.