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Residentes en Cala Figuera denuncian el proceso de “expulsión” que sufren por parte de Autoritat Portuària de Balears

Los vecinos siguen reivindicando un uso residencial compatible con el desarrollo de la zona

cala figueraport mao
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La ejecución de un complejo náutico-deportivo sigue siendo la apuesta de APB para esta zona.

La ordenación de la zona sigue pendiente tras el traslado de la descarga de combustible a la Base Naval.
La ordenación de la zona sigue pendiente tras el traslado de la descarga de combustible a la Base Naval.

La indefinición oficial sobre el destino que se dará a las desmanteladas instalaciones de CLH y a Cala Figuera y el Fonduco, en paralelo a las operaciones que lleva en la zona Autoridad Portuaria de Baleares han vuelto a poner en alerta a los vecinos de este rincón del puerto de Maó. El colectivo, que se agrupó hace ya cuatro años en torno a la plataforma “Salvem Cala Figuera, asegura estar “harto de años de buenas palabras que se contraponen con el estado de abandono de la calle, la falta de cuidado y de limpieza del vial, que carece de aceras, y la aparición de ratas”.

Asimismo, los vecinos lamentan “el estado de bloqueo e inseguridad jurídica” al que están sometidos por parte de APB, que les impide llevar a cabo mejoras en sus casas. “No podemos pintar la fachada o cambiar una puerta y mucho menos realizar intervenciones mayores porque no podemos solicitar licencias”, explica uno de los vecinos, vinculado a “Salvem Cala Figuera”, para quien este bloqueo forma parte del proceso de “expulsión” que el ente gestor del puerto mahonés está llevando a cabo en este rincón. “Autoridad Portuaria se ha encargado de presionar y negociar con los propietarios que, cansados de la situación, han acabado vendiendo sus propiedades”.

Y el cansancio hace mella. Lo reconoce un emocionado Raúl Pons, quien junto con Raúl Pérez, ha liderado las reivindicaciones vecinales desde que, con el traslado del combustible a la Base Naval, comenzara a especularse con el destino de Cala Figuera. Pons no duda en agradecer el apoyo recibido desde las diferentes instituciones implicadas, como el Consell o los ayuntamientos de Mahón y Es Castell, y también la implicación de sus convecinos. Pero, eso no quita para que exprese la desazón por cómo se están desarrollando las cosas y exija cambios que no sean incompatibles con el uso residencial. Pérez subraya cada una de sus palabras y afirma que desean quedar al margen de “los enredos” y seguir en Cala Figuera. “Parece que llega el momento de tomar decisiones y hay algunas que sólo se pueden tomar una vez”, advierte.


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