Con la carrera de Pau Gasol y Navarro tocando a su fin, con tipos como Calderón, Sergio Rodríguez o Rudy en plena madurez y con Ricky, Ibaka o Abrines llamando a la puerta, España advierte que este puede ser un buen momento para atreverse con el triple salto mortal.
Juega el Mundial ante nuestros ojos, los rivales se han ido debilitando a medida que se acercaba el torneo y Estados Unidos llega algo justa, por más que haya convertido sus partidos previos en exhibiciones de fuerza.
El juego interior de la selección es el mejor del campeonato y ese es un buen punto de partido. No habrá equipo que pueda competir cerca del cristal con el talento y el músculo de los hermanos Gasol y de Ibaka. Y Estados Unidos sabe que por ese sumidero puede irse su corona.
Cierto es que un mal partido o un cruce maldito puede acabar con esa ilusión, pero si todo discurre con la lógica aplastante de la calidad, España y ese puñado de buenos y emergentes jugadores de la NBA deberían verse en la final. Y ese será el gran momento. ¿El momento de España? Esta vez puede que sí.