En un acto del pregón cuajado de nombres, de cariño y añoranzas, fueron muchos los aplausos que anoche cosechó Carlos Fàbregues, quien fuera pregonero popular de Mahón durante tres décadas. Nadie ha olvidado como Fàbregues llevaba la alegría de la fiesta recién iniciada por tantos rincones de la ciudad, desde que comenzó en el primer mandato democrático que encabezó Ramón Homs (1979-1983) y hasta 2010, año que protagonizó el último pregón, dando el relevo a Joan Sans.
Y menos que nadie, la Corporación municipal que, en 2011, de manos de su alcaldesa, Águeda Reynés, le entregó la “Sireneta Mô”, y este año ha decidido colocar una placa en la plaza Bastió para dar constancia de la labor entrañable y constante de Fàbregues, quien falleció en enero de 2013, en las fiestas mahonesas. El acto de descubrir la placa ha tenido lugar esta mañana, a las 11, poco después de que se celebrase el tradicional “berenar de caixers” en el Camí des Castell, y al tiempo que se ponía en marcha la comitiva que reparte “l’aigua-ros” entre los mayores y los enfermos de las residencias geriátricas de la ciudad y el hospital Mateu Orfila.