“Y sobre todo hay que ser fuerte y decidido para no perder el vuelo de vuelta”. La frase, todo un generoso guiño, resume la grata impresión que Ana Schilmovich se llevó de Menorca tras su visita. El periplo de la periodista quedó condensado en un reportaje publicado en el periódico “La Nación” con el título “Una hermana menor, silvestre y sin complejos, Menorca”
El reportaje señala Menorca como “la menos famosa de las Islas Baleares, pero la que tiene mejor fama” y la define como “El Caribe del Mediterráneo”, un rincón que “atesora playas, yacimientos arqueológicos, cocina y tradiciones en estado puro”. Los lectores del rotativo argentino podrán hacerse una idea muy aproximada de la Menorca turística, que la autora del reportaje ha conocido de la mano de la guía Isabel Martín.
Leyendas – El Toro, Xoroi-, anécdotas- las visitas del Rey Juan Carlos a Es Pla, el nacimiento de la pomada-, recetas -“oliaigo amb figues”, mahonesa-, playas- Caló Blanc, Macarella, Macarelleta-, pinceladas de economía- fabricación de calzado, quesos y “bijouterie”, vacas frisonas de las que deriva la raza Holado Argentina-, gastronomía -vino de la tierra, caldereta, el mítico “57”-, algúna aspiración incumplida (Fornells, uno de sus ocho ayuntamientos), atardecer anaranjado.
Son algunos de los mimbres que tejen el reportaje de Schlimovich, un texto, acompañado de imágenes de Macarelleta y Fornells, y de datos útiles, que, sin duda, presentan la Isla como el destino convincente y bello que es. Si todo cuenta a la hora de posicionarse y de abrir nuevos mercados, reportajes así son de agradecer. Y a los menorquines, de nacimiento y de adopción, les arrancará más de una sonrisa (http://www.lanacion.com.ar/1726488-una-hermana-menor-silvestre-y-sin-complejos-menorca)
Si volvieran ahora y vieran el desatre del general y sus malditas rotondas ya no hablarían de isla silvestre, ni estado puro.
Que pena.