Un pasodoble es un pasodoble y la banda su vehículo natural, y la música oscarizada de una película, una apuesta segura en el programa de cualquier concierto, pero no ha sido ni el “Rafael Mauricio” del cullerense Rafael Talens, ni los nueve movimientos de “Ben Hur” del húngaro Miklos Rozsa lo que ha convertido el concierto de la Banda de Música Ferreries en un regalo de Navidad anticipado. No sólo, no principalmente.
Lo que ha seducido al público del Teatro Principal de Mahón esta tarde han sido las “Muralles” de Juan Gonzalo Gómez, una pieza instrumental efectista y alegre, y sobre todo, ‘Yebisah 1.235 d.C.’, composición de Mario Errea inspirada en la Eivissa musulmana y en su conquista por parte de las tropas cristianas, que ha enamorado por su combinación de dulzura y fuerza, por la arrebatadora nostalgia de un periodo histórico notable en la cultura de las Balears.
Lo que ha permitido a la formación que dirige Josep Agustí Colom repetir éxito en el coliseo mahonés es el reto en el que convierte cada concierto, esa voluntad de afrontar piezas complejas y de incluir en el programa no sólo composiciones de corte más clásico o adaptaciones, sino obras creadas especialmente para banda. El reto de estrenar obras con su compositor presente, caso de Errea, que ha saludado al público. Y, como no, el reto de sacar lo mejor de cada solista, de casi 90 músicos.
Y, pese a los inevitables nervios -“el Principal siempre es un teatro que impone”, comentaba el viernes el director- ese gusto por el reto se ha traducido en aplauso convincente tras la primera parte y calurosa ovación en el cierre, un bis, y más y más aplausos, y muestras generalizadas de satisfacción a la salida. Y, a buen seguro, se traducirá en un nuevo éxito, el lunes a las 12 del mediodía en el Convento de Sant Diego, de Alaior.