Una fiesta de aniversario que empieza con la obertura de “Las bodas de Fígaro”, de W.A. Mozart, promete. Si entre los invitados están la Orquestra Simfònica de les Illes Balears y su director Pablo Mielgo, uno de los músicos más activos de su generación, y un gran coro, la Capella Davídica, la fiesta se aventura muy interesante. Y cuando se suman dos voces en constante desarrollo, la del bajo barítono Simón Orfila y la soprano María Camps, y la de un soberbio maestro, Joan Pons, el éxito está asegurado.
El Teatro Principal de Mahón ha vivido este sábado una noche especial. Se cumple su 185 aniversario y se ha elegido ópera, principalmente, para la celebración, pues fue el aprecio que le tenía a este arte una ciudad cosmopolita y ávida de ocio, el que motivó la construcción del coliseo, que ha lucido como en sus mejores noches, agotado su aforo. La música, sólo la música- no ha habido más parlamento que el breve agradecimiento que Camps, en su nombre y en el de Orfila, ha expresado a Pons por su ayuda al preparar el repertorio- ha sido la protagonista.
Camps, Pons y Orfila se han alternado brillantemente en el programa, en el que viejos y amados amigos del público menorquín como son Mozart, Verdi Rossini y Puccini, han dejado hueco a dos estrenos mundiales -“Oda a unes abarques” y “Amics, germans” (A.Parera)-a “La Galeota”, la vieja barca de Salvador Codina, tan arraigada en el imaginario musical de Menorca, y a “La Wally” de Alfredo Catalani. Y unos y otros, han permitido a la orquesta y a los cantantes emocionar a los asistentes, de principio a fin.
Un final inesperado, con las tres destacadas figuras de la ópera menorquina cantando junto al coro el “Va pensiero, sull’alli adorate” del “Nabucco”, de Verdi, que ha acabado por rendir al público, que ha aplaudido recogiendo el testigo de tantas noches brillantes de ópera, de teatro, de música vividas en el Principal de Mahón, desde que abriera sus puertas 185 años atrás.