El hallazgo de unas grisallas en la parte alta de las puertas que daban a las celdas de los frailes franciscanos que moraban en el antiguo claustro del Pati de sa Lluna de Alaior ha dado lugar a la práctica de una novedosa técnica para que esas pinturas originales del siglo XVII puedan ser salvadas de su desaparición definitiva y, al mismo tiempo, una vez restauradas, tengan la posibilidad de ser recolocadas en su sitio de siempre.
Es la primera vez que se tiene constancia del uso de este método en Menorca y lo están realizando estos días el restaurador Xisco Isbert bajo la dirección del técnico Pere Rovira, entre otras cosas responsable del área de pintura mural y escultura en piedra del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya, dependiente de la Generalitat de Catalunya, y que se ha desplazado a la isla a propósito para la ocasión.
Estas grisallas han salido a la luz después de estar ‘ocultas’ tras las numerosas modificaciones y superposiciones de elementos que han tenido lugar en ese singular espacio (ahora BIC) a lo largo de los años desde que acabara de construirse a finales del siglo XVII. Se trata de unas pinturas (se han podido salvar 6) de alrededor de 60 x 45 centímetros con motivos geométricos y que se repiten, en principio simétricamente, a derecha e izquierda, como si de un molde se tratara y pese a que están hechas a mano. La parte central está vacía y es donde estaba colocado el número de la celda de cada fraile franciscano.
Al ser un BIC, con el objetivo de conseguir tanto la conservación de estas piezas como la recuperación de las propias puertas, y con la dificultad añadida de que con el paso del tiempo las grisallas formaban parte del dintel de la puerta, la decisión ha sido la de arrancar indemnes las pinturas para que un momento dado se proceda a su restauración y puedan volver a colocarse en su sitio original, una vez las puertas de las celdas hayan sido también restituidas a su estado primero.
Tras destapar las pinturas y marcar sus límites, y darles sus adecuados tratamientos, han sido arrancadas las grisallas para su depósito en el Museu de Menorca, encargado de custodiarlas hasta que en fases posteriores puedan ser restauradas y nuevamente ‘pegadas’ al sitio que originalmente les corresponde.
Desde que a finales de 2010 empezaran las obras de rehabilitación del Pati de sa Lluna para su uso público, que prevén terminarse en septiembre de 2015, en este antiguo claustro franciscano han tenido lugar sorpresivos hallazgos. A éste de las grisallas de la parte alta de las celdas de los frailes se le añaden otros como el enorme aljibe que apareció en su momento (de unos 60 metros de planta y unos 14 metros de profundidad) y también la de otras grisallas en las arcadas de la planta baja del claustro que han impresionado a los expertos por su riqueza y excepcionalidad, y que también están pendientes de financiación para su restauración.
Las obras de rehabilitación del Pati de sa Lluna de Alaior para su uso público las está llevando a cabo la UTE formada por Copcisa y Construcciones Olives, con Bernadí Seguí como arquitecto director de las obras y con Rafel Mus y Amílcar Seguí como aparejadores.