Menorca se conoce como espacio de mar, piedras y viento y así la valoramos tanto los nativos como los que la visitan, un algo vivo y conjuntado.
Nuestra generación ha crecido entre las ruinas de antiguas certezas. Nacimos mientras caían. Apenas participamos en su derrumbe.
Se nos podrá tildar de La Generación del Fragmento.
Pero el “fragmento” no inquieta porque la alternativa de las grandes moles compactas hoy no atrae ni convence. Han producido demasiadas víctimas para confiar en ellas.
Con los fragmentos se pueden hacer mosaicos, vidrieras y tapices…que coloreen el futuro sin saturarlo; formas cambiantes de paredes y tejados, de bóvedas, campanarios y minaretes que señalen horizontes abiertos, ya que el vacío puede ser una forma de plenitud.
Tras una transición de ideologías férreas y partidistas hoy apunta otro paradigma: Un tiempo de síntesis.
Síntesis no es lo mismo que mezcla. La mezcla es un subproducto de elementos heterogéneos que se precipitan en un conglomerado menor.
La síntesis supone que esta combinación nueva de elementos produzca una mayor complejidad y amplitud de perspectivas.
Amín MAALOUF, escritor libanés en el que convergen diversas pertenencias: étnica, religiosa y laica le han hecho caer en la cuenta de que tenemos múltiples vínculos: la etnia, la nacionalidad, la comunidad lingüística, la confesión religiosa, la clase social, la profesión, incluso los clubs de ocio o de afición…
Cuando uno de estos vínculos es puesto en cuestión, tendemos a defenderlo absolutizándolo, creamos alianzas extrañas e imaginamos enemigos a menudo arbitrarios.
Cuando se reduce la identidad a una sola pertenencia, la visión se distorsiona, creando un nosotros contra los otros.
Nuestra Cultura del Fragmento, como la biodiversidad misma, no puede encerrarnos en cotos privados, más bien pude lanzarnos a entrelazar las manos y en conjunto apostar y dar el callo para que el laberinto de paredes, el sin fin de corrientes marinas y el va y ven de los vientos conformen la idiosincrasia menorquina que nos ha hecho referentes en la mediterránea en que somos…electores.