Una sintonía de palabras– las que han servido al alcalde de Es Mercadal, Xisco Ametller, y a Miquel Mariano para presentar una nueva tertulia estival– y sólo su voz, el eco de su experiencia y su mirada para reproducir en la Sala Multifuncional “la gracia- que no magia- de la radio”. Àngels Barceló ha convertido en estudio el espacio ‘mercadalenc’, que ha sustituido a la plaza de la Iglesia por el riesgo de lluvia, y ante el público que lo abarrotaba ha desgranado los motivos por los que las ‘ondas‘ son para ella el vehículo perfecto para comunicar, y los medios de comunicación, una pieza clave para la salud de la sociedad.
La sensación de cercanía – “es el medio que más te acerca a la gente, no hay tantas cosas entre tú y el oyente como sí pasa en la televisión, hasta el punto que el oyente te conoce de oirte”-, su capacidad para llegar muy rápido a cualquier rincón y de reflexionar y de analizar la realidad que nos envuelve, han sido sus primeras aportaciones. Las más sentidas, quizás, las que han resaltado que, salvando el “ruido” que nos envuelve constantemente, “permite escuchar, dejar que las personas expliquen las cosas, escuchar y que cada uno saque las propias conclusiones”, las que han sido elogio de lo anónimo y de la responsabilidad.
“A mi me gusta mucho escuchar a gente anónima, que no conocemos, que tiene mucho que contar. Periodistas y políticos vivimos en un bucle, y nos retroalimentamos pero la gente quiere escuchar otras cosas y yo quiero escuchar a la gente que tiene cosas que explicar”, ha asegurado Barceló. La periodista, actual directora de ‘Hora 25′, ha defendido un periodismo riguroso y plural -“todo el mundo tiene derecho a hablar’- que se debe a la sociedad, “a la que debemos conseguir concienciar de la importancia de los medios de comunicación plurales” porque, según ha aseverado, “no podemos obligar a la gente que piense una sola cosa”.
“Tenemos un obligación y un deber ante los ciudadanos. Yo me sigo poniendo nerviosa como el primer día porque sé que si estoy donde estoy es porque la gente ha confiado en mi y esto me provoca un “ataque de responsabilidad“, no puedo fallar, pero no a mis jefes sino a mis oyentes”, ha confesado Barceló, antes de estimular a los asistentes a plantear diversas cuestiones que han enriquecido la tertulia con referencias a la “tele-basura”, al seguidismo y la precariedad que ahogan la profesión periodística o a la dificultad de mantener la honestidad, la coherencia y el rigor.
Atenta, cercana y contundente, con la convicción que nace de la sensibilidad, no de la soberbia, Barceló ha intercambiado impresiones con los asistentes, sin rehuir la crítica y la autocrítica y ha demostrado el porqué de su liderazgo radiofónico. La despedida, tras recibir parabienes y felicitaciones, cerca de las 1o de la noche, dejando muy buen sabor de boca y ganas de más.