En la madrugada del miércoles día 2 de Septiembre cuando el cuerpo inerte del niño sirio Aylan Kurdi de tres años así como el de su hermanito Ghalib de cinco años y el de su mamá Rehan fueron arrojados por el mar a la playa de Bodrum en Turquía, fue Europa quien sintió como naufraga.
Valga el ejemplo del juez supremo yanqui Potter Stewart que no llegando a captar el concepto jurídico de la pornografía, fue su secretario Alan Novak quien le aseguro: Señor Juez, usted lo sabrá cuando la vea…
La Unión Europea así también no llega a ver claro “¿Qué hacer con los inmigrantes…?”
El miércoles día 2 de septiembre, sí se vio en la playa.
El sentimentalismo mediático de no hacer madurar una nueva conciencia delante del hecho inmigratorio, tampoco nos conducirá a nada si sólo queda en portada. Europa tras la II Mundial así como los EEUU tras la hambruna de la patata en Irlanda a mediados del siglo XIX, son el resultado de los avatares de la inmigración.
Las barreras fronterizas cada vez más en boga no son sino temores arcaicos de un proteccionismo a ultranza a causa de la crisis…no del rico, sino del pobre que hoy ya en familia ha de emigrar.
Dígase de una vez: La inmigración no es ir de turismo. Los Acuerdos de Dublín (2003) hablan de la obligación de dar asilo así como del derecho de dar paso al inmigrante…Hoy sin embargo hay que empezar a vislumbrar una Europa en situación migratoria (los que se van… y los que vienen), que otorgue voz y voto al extranjero. La nueva entidad europea se ha de conseguir conociendo al recién llegado por su nombre y apellidos y aunando fuerzas conjuntamente como conciudadanos de un proyecto común. La Europa como su mismo nombre ejemplifica “La de Mirada Ancha”, no ha de dictar protocolos y leyes migratorias para sino con el inmigrado…y el emigrante.
De otro modo se oirá nuevamente sin sentido como lo profirió Stalin: Varias muertes son una estadística, una muerte es una desgracia…que se debe de evitar sino pregúnteselo a Abdalah Kurdi el papá de Aylan y de Ghalib y marido de Rehan.
Mbonet-fuster.
