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Una falacia, contra la prensa, que compromete o delata

Domingo Sanz

De nuevo Iglesias ha concentrado cámaras y micrófonos. Enhorabuena, Pablo. De un plumazo verbal has borrado del mapa las mediaciones de Rivera, has puesto a gritar a los conservadores de cargos públicos del PSOE, que mañana mismo se callarán o saldrán perdiendo, y has obligado a Rajoy a reconocer su soledad sin una broma-trampa que la confirmara. ¿Alguien se imagina que habría podido hacer don Mariano, que pareciera que lo hacía él, si en la misma rueda de prensa le hubieras exigido, precisamente, que “declinara” el encargo del “ciudadano Felipe”, denominación de origen Garzón? Y, por cierto, tan osado como eres ¿porqué no les “pisaste” a Alberto tan potente nombramiento y al presidente disfuncional esa salida del atasco en que se ha metido?

Pero como casi siempre pasa cuando se habla para conseguir, además, cuota de pantalla, nuestro triunfador del viernes ha dicho más cosas. Conviene hacerse eco también de otras palabras, pronunciadas por él mismo y en el mismo acto, para exigirle que demuestre el valor real de la solemnidad con que expone sus condiciones. Ayer, durante la explosión que provocó y que, probablemente, ha cambiado ya el curso de los acontecimientos, dijo textualmente que:

 “Los medios de comunicación tienen que facilitar al máximo la transparencia en las negociaciones”.

 Pablo, practicas política de autor y tu comportamiento determinará por cuánto tiempo podrás permitírtelo. Pero, como es inevitable, con consecuencias desde el principio. De nuevo te tuteo. Los periodistas no “facilitan” la transparencia, sino que os la tienen que arrancar cada vez a unos políticos que, todos, os esforzáis por nublar a vuestra conveniencia. La mayor parte de las veces ocultando contactos y reuniones y otras, como has hecho tú hoy mismo, deslumbrando con luz cegadora.

No los responsabilices a ellos, porque la obligación es tuya  y muy sencilla de exponer, aunque estoy seguro que vas a ser incapaz de asumir, por mucho que yo mismo prefiera equivocarme: si te atreves, niégate a negociar, ni con Sánchez ni con nadie, si no hay periodistas a vuestro lado, si no os graban y retransmiten en directo o si no os cruzáis todas, todas, las propuestas y respuestas negro sobre blanco y siempre a través de un comité de profesionales de los medios. Seguro que estarán encantados de colaborar. Tienes 69 diputados, o los que sean, que te permiten ser coherente o esta chulería, como prefieras que te lo diga. Esto sí que sería cambiar la vieja política, y aún no te lo hemos visto hacer pero, desde ayer, tus propias palabras exigiendo al mensajero a quien solo obligan es a ti, y en mayor medida.

Y si el resto de negociantes no te lo aceptara, mantente firme y no te manches o reconoce públicamente que te has pasado de listo. Cumple contigo o, de lo contrario, tu autorretrato saldrá desenfocado. 

 Falacia es el “hábito de emplear falsedades en daño ajeno”, según la RAE.


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