La actual climatología empieza a ser muy preocupante para quienes trabajan el campo menorquín. No llueve y las temperaturas no son las más adecuadas para las cosechas. A pesar de las fuertes tormentas de finales de verano, el otoño e inicio de invierno están siendo secos.
La falta de lluvia puede pasar una importante factura económica a los que tienen explotaciones agrícolas. Manel Martí, portavoz del sindicato Unió de Pagesos, declaró en Radio Menorca que “si no llueve deberemos utilizar aspersores y es un agua que habrá que pagar lo que incrementará los costes. Esta falta de agua es ahora nuestro principal problema”.
El campo menorquín tiene una segunda preocupación añadida. El buen tiempo y las temperaturas más altas de lo normal para estas fechas hacen que los árboles frutales estén avanzando su proceso de floración y esto podría suponer perder las cosechas. Según Martí “cualquier helada, que las habrá, o tramuntanada podría matar las flores que ahora están saliendo” y acabar con cualquier posibilidad de recolección.