Algunos medios lo bautizaron como el “Doctor Muerte” o “asesino de niños” y fue acusado de practicar más de cien abortos ilegales en cuatro exclusivas clínicas de Barcelona, gracias a las cual se hizo presuntamente millonario. Incluso, se llegó a decir que tenía una trituradora en al que se deshacía de los cadáveres de los nonatos. En el primer juicio fue absuelto, pero el Tribunal Supremo ordenó que se repitiera el procedimiento.
El doctor Morín descansa, de momento, en Menorca y un equipo del programa Ana Rosa de Telecinco ha conseguido hablar con él. Al parecer -según se deja entrever en las pocas imágenes de contexto de una pieza de algo más de tres minutos de duración- el facultativo vive apartado con su mujer en un bloque de pisos de Ciutadella. Y ha padecido recientemente una embolia, lo que le dificulta el habla de forma importante.
Tras un primer contacto accede a hablar con el periodista y a ser grabado por las cámaras, aunque es su esposa la que toma la palabra. Niega los cargos que se le imputan a Morín -“no encontraron nada”- y apunta que de la familia no es millonaria: “Mi marido lo reinvertía todo en las clínicas“. Establecimientos que fueron cerrados porque “estuvimos dos meses y medio en la cárcel sin fianza por riesgo de fuga. Y entre medio pasaron las Navidades. Los médicos dejaron de ir, la gente dejó de llamar… no nos cerraron, eso que quede claro”.
“Todo es una persecución”
A su vez, afirma que todo se trata de una persecución porque el doctor “fue el primero en abrir este tipo de clínicas en Barcelona” y no duda a la hora de apuntar a los culpables de la misma: “la fiscal es del Opus Dei, está la fundación Tomás Moro, la Asociación Católica Nacional Española y Ecristians arroba Ardevol. No nos acusó ningún médico, ningún genetista, ninguna señora…”.
Por último, la afectada comenta que sus abogados van a pedir una indemnización por todo lo que ha sucedido: “Ahí sí que me quiero poner pesadita y muy fuerte… pasar tus últimos día de vida así, en juicios…”.
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@jlgllagues
