Menorca dispone de más de 6.000 parcelas edificables que no
se han usado. Por no hablar de la cantidad de edificios a medio construir o para rehabilitar. Estas son las cifras que se pueden consultar en la Dirección General del Catastro, del Ministerio de Hacienda, que demuestran que esta isla aún tiene terrenos calificados como urbanos o urbanizables, para crecer un 35% más de lo que ahora hay construido.
Dentro de estas cifras no hay todavía contadas las muchas parcelas más que la Norma Transitoria aprobada en 2015 había previsto cuando añadía zonas de crecimiento de las urbanizaciones de costa. Habrá que ver si ahora este artículo se deroga finalmente o si se mantiene en vigencia.
Desde el GOB se considera que en Menorca hay terrenos ya clasificados, para cualquier crecimiento urbanístico mínimamente racional. En algunas zonas de costa, es todavía claramente excesivo. Por este motivo se autodescalifican las opiniones que reclaman más espacios donde construir.
Para Miquel Camps, portavoz del GOB, detrás de las opiniones de estos ‘expertos’ ve intereses de gente que dispone de terrenos de suelo rústico que quiere que lo recalifiquen para poder construir sin comprar parcelas clasificadas. Camps también apunta que Menorca tiene la suerte de haber mantenido el paisaje casi intacto por lo que su modelo de crecimiento no debe hacerse en base a una expansión urbanística sino atrayendo a más gente en temporada baja aprovechando la riqueza visual.
Para los ecologistas la especulación de terrenos y la gran dependencia de la construcción desenfrenada están pasando una factura importante a la sociedad actual, en forma de paro, de pérdida del derecho a la vivienda y de muchos edificios para rehabilitar.