Menorca está amenazada por el llamado Síndrome de Venecia. Vende una imagen idílica y luego, por el éxito de la llamada, el destino se masifica. La alerta la hizo el gerente de la Fundació Gadeso, Andreu Grimalt, a los micrófonos de la Cadena SER. A su juicio es necesario tener en cuenta que las islas son espacios finitos en los que no se puede meter gente y coches sin control. Por ello advierte que sería necesario otro modelo turístico.
Grimalt lamenta que tanto este, como otros avisos que lanzan desde su observatorio apenas tienen repercusión entre los políticos por lo que pocas veces se aplican soluciones.
El portavoz de Gadeso también insistió en la necesidad de controlar mejor los mercados laborales que afectan al turismo ya que la precariedad es muy alta tanto entre quienes tienen todos los papeles reglados como entre quienes trabajan en negro.