Skip to content

El caballero de Arena Blanca

Una espectacular escultura luce sobre la playa de Binibeca

Escultura de arena en la playa de Binibeca.

Erasé una vez una pequeña playa de una pequeña isla, abrazada por pinos y rocas entre las que crecían el romero, la manzanilla, la murta y la coca de mar, y se paseaban los escarabajos y las hormigas. Hace muchos, muchos años, una galera navegaba junto a la costa y uno de sus tripulantes se quedó prendado de la belleza de la playa, y pidió al capitán que le permitiese desembarcar.

El caballero y el capitán acordaron que doce lunas después, la galera volvería a la playa y el caballero podría regresar a su casa. Sellaron el pacto con una inclinación de cabeza y una bolsa de monedas de oro. Una vez en tierra, el caballero se dedicó a conocer la isla y a sus habitantes, y a escribir lo que veía y sentía. Doce lunas después volvió a la playa, acompañado de su perro fiel y sus escasas pertenencias, dispuesto a embarcar de nuevo.

Era un día de finales de mayo. El sol había lucido en un cielo oscurecido al atardecer por densas nubes cargadas de electricidad. En el horizonte se recortaba la galera y el caballero sonrió feliz. Entonces se desató una fuerte tormenta, el viento y el mar rugían enfurecidos, y un torbellino se tragó la embarcación. El caballero cayó derrotado mientras la arena le envolvía hasta hacerle desaparecer aunque son muchos los que hoy en día aseguran haberlo visto, inmóvil, tumbado en la playa…

Quizás ésta no sea la historia que explica el porqué, quizá no hay cuento, pero sí estatua de arena. Desde hace unos días, la playa de Binibeca, en Sant Lluís, da la bienvenida a sus visitantes con una espectacular figura de un caballero, con su perra y la camada de ésta, y unos pocos enseres a su alrededor. Arte efímero, fruto del mimo y la paciencia que su escultor ha utilizado para embellecer el arenal.


Deja un comentario

Your email address will not be published.