De menos a más y con un Sergi Llull que comenzó de nuevo de suplente, el Real Madrid ha superado al Valencia Basket en un partido que se decantó gracias al vendaval ofensivo blanco en el último cuarto, con ventajas de más de 20 puntos. El marcador final (82-57) deja entrever que ha sido una victoria fácil. Aunque la verdad es otra.
Tal y cómo ocurrió en el último partido en la eliminatoria frente al UCAM Murcia, el playmaker menorquín ha empezado el encuentro en el banquillo. Pablo Laso ha cambiado la rotación y parece ser que ahora se decanta por la fuerza de Llull cuando el encuentro está comenzado. Y la apuesta no le salió bien en el primer cuarto. El equipo “taronja” está entrenado por Pedro Martínez -enamorado confeso de Menorca, donde veranea- y esto equivale a una planificación exhaustiva de cada partido. En este caso la apuesta era clara: 2 contra 1 constantes en el poste alto y rotaciones continuas para elevar el nivel físico. El primer periodo finalizaba así con un parcial de 8-14 para los visitantes, que controlaban el tempo del encuentro. Aún había mucha tela que cortar.
Al principio del segundo cuarto Valencia Basket seguía a lo suyo. La dupla Llull & Rudy no funcionaba -el mallorquín volvía al parquet- y el Madrid naufragaba. El marcador anunciaba un 16-23: pintaban malas para los blancos. Sin embargo, Laso apostó por un quinteto “raro” –Doncic, Carroll, Rudy, Nocioni y Ayón– y la moneda salió cara. Un parcial de 7-0 ponía a los blancos por delante tras una canasta marca de la casa de Rudy y todo se encauzaba. Los valencianos se condenaban con sus fallos en el triple -acumularon 14 tiros sin éxito- y los blancos con las pérdidas -más de nueve en la primera parte-. Todo estaba por escribir, con un 31-26 para los locales.
En el tercer cuarto llegó el despertar del base de Maó. Llull encestaba una canasta imposible en escorzo y luego una bandeja. El motor del menorquín empezaba a carburar. El parcial de este periodo era de 16-16 y todo anunciaba que la “guerra de guerrillas” se alargaba hasta el final. Pero no iba a ser así.
Apostando por el shot & gun que llevan en el ADN -y con el punto de mira ya enfocado- el festival anotador del Real Madrid llegaba a cotas excelsas, con 35 puntos en el periodo decisivo. Felipe Reyes mandaba en los tableros, Carroll percutía -15 puntos en total- y Llull mandaba -13 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias-. El Valencia intentaba maquillar números -15 puntos-, pero el partido estaba finiquitado. La diferencia final de 25 puntos es un poco engañosa. El Real Madrid y Llull deberán sudar si quieren pasar a la final de la liga Endesa, aunque parece ser que el rumbo ya está marcado.
@jlgllagues