El Cercle de Economia ha querido detallar todos los problemas que comportará el Brexit y por ello ha emitido un comunicado formal. Según su presidente, Francisco Tutzó, el impacto final para Menorca está por descubrir. Estará en función de los nuevos contratos turísticos o de las renegociaciones de los ya vigentes, de nuevas tarifas y, finalmente, de la flexibilidad de otros destinos para absorber esta pérdida de demanda y competitividad.
Pero hay que ser conscientes de que habrá una presión a la baja de la demanda británica y falta saber si se podrá sustituir por turistas españoles y de otros países europeos.
En cuanto a los residentes británicos en la isla, una bajada de la libra supondrá una merma económica de sus ahorros y de su posibilidad de invertir. Esto afectará tanto a la capacidad de inversión en bienes inmuebles de Menorca como al consumo de los británicos en bienes y servicios que son relevantes en el comercio y la restauración de la isla. Esto puede generar
un efecto de “reconsideración de la residencia” a nuestro territorio a medio y largo plazo.
Por todo ello el Cercle opina que para Menorca se abre un periodo de redefinición de algunos fundamentos de su economía. Y en primer lugar, del papel que el turismo británico ha jugado y puede jugar en el sector turístico de la isla. Detrás de toda crisis hay una oportunidad. Y el BREXIT puede
convertirse en un elemento para tener un debate profundo y riguroso sobre como prepararnos y reposicionarnos frente una eventual pérdida de la demanda turística en los próximos 4 años.