Se puede considerar como uno de los barcos más modernos que en la actualidad pueden encontrarse en aguas de Balears. O, quizás, el de mayor valor económico: hay quien dice que costó más de 250 o 300 millones de euros, otros hablan de 400 millones. Nunca se ha confirmado una cifra. El magnate ruso Andrei Melnichenko y el megayate “A” han dado una vuelta por Menorca durante los últimos días. Sin embargo, ya han partido hacia Cerdeña. Han apostado por la discreción, sin atracar en un puerto fijo y haciendo escala a varias millas náuticas de zonas como Cala en Porter o Punta Prima en las últimas jornadas. En días anteriores, el buque también estuvo por la zona de Ponent. Puede ser que algunos residentes y visitantes que viajen por mar se hayan visto sorprendidos por un barco de estética ultramoderna que mezcla las formas de un submarino y un yate y que desde su construcción en los exclusivo astilleros teutones de Blohm and Voss -todo comenzó en 2004, las primeras imágenes que aparecieron en 2008 ya dieron la vuelta al mundo- se ha convertido en uno de los megayates más conocidos del planeta.
La concepción del “A” -que recibe dicho nombre por ser la inicial del nombre de la mujer del propietario, una exmiss rusa de nombre Aleksandra– corrió a cargo del diseñador francés Philippe Starck. Así, nos encontramos con una embarcación de 120 metros de eslora y 18 metros de manga donde caben un total de 14 pasajeros, que son atendidos por una tripulación de 42 personas.
Todas las excentricidades
Como buen millonario joven -comenzó a amasar fortuna sin llegar a los 40 años- a Melnichenko parecen gustarle las excentricidades. Solo hay que ver el diseño del megayate que compró por encargo. Así, la habitación principal del buque -situado en la cubierta más alta y con más de 200 metros cuadrados de extensión- cuenta con una cama rotatoria que se maneja con un mando -da vueltas de 180 grados- y que está cubierta de paneles acristalados del máximo blindaje: sus huéspedes no se perderán detalles de ningún amanecer o atardecer. Eso sí, no entrará mucha gente, ya que su acceso está controlado por huella digital.
Cuenta, a su vez, con varias piscinas tipo jacuzzi -que pueden utilizar el agua del mar-, sistemas de entretenimiento último modelo en sus ocho pisos, una macrodiscoteca y, como no podía faltar, un helipuerto. ¿Alguien echa en falta algo?
Os dejamos con un vídeo sobre el “A” tomado en aguas de Thailandia y colgado en la red social Youtube…
@jlgllagues
