Playas llenas, accesos a calas colapsados, calles abarrotadas de gente, retenciones en la carretera general, miles de viajeros en el aeropuerto durante el fin de semana… El debate está abierto: ¿Está Menorca masificada?
La Isla vive en los últimos días una presión demográfica habitual en estas fechas, con más de 200.000 personas habitando al mismo tiempo. Pero los datos indican que 2016 está siendo un año especial.
Los hoteles están al 98% de ocupación en agosto, el aeropuerto de Menorca ha programado cerca de 900 vuelos durante el pasado fin de semana, que han generado movimientos de más de 115.000 pasajeros desde el pasado viernes hasta este lunes.
Además, las empresas de alquiler de coches han tenido que solicitar más vehículos debido a la gran demanda, por lo que los “rent a car” tendrán este año la flota más grande que jamás haya tenido antes la Isla para una temporada turística.
Algunas playas del norte y del sur de Menorca no pueden asumir la llegada de más coches y sus conductores aparcan donde pueden, habitualmente en los márgenes de las carreteras. El caos en el parking de Son Bou, por ejemplo, es notorio los fines de semana.
Todo ha generado una sensación encontrada. La llegada masiva de turistas, ¿genera más riqueza y hay que asumirla o pone en peligro el modelo de sostenibilidad de una isla como Menorca?
Menorca, por culpa de esta masificación, se va a quedar sin reserva de la biosfera (lo que, precisamente, atrae a tantos turistas). Podrían empezar a fijarse más en la calidad que en la cantidad.