La llegada de mayor índices de visitantes durante este verano en Menorca ha sido uno de las principales causas de debate entre los residentes o los agentes económicos. ¿Esta la isla preparada? ¿Es este el turismo que queremos? son dos de las preguntas que más se han repetido durante los últimos meses. Ahora, desde los cuadernos Gadeso quieren echar un poco de luz sobre la cuestión.
Así, desde la fundación confirman que -según sus encuestas- el 80 % de los ciudadanos de Baleares cree que ha habido más turistas este año: las islas han estado más saturadas. El 15 % de los encuestados no han encontrado diferencias respecto al año pasado y el 5 % atestigua que ha habido menos visitantes.
La principal razón que apuntan para esta tendencia son los conflictos en destinaciones competidoras, causa citada en el 65 % de los casos. Un 13 % apunta a la superación de la crisis en los países emisores, un 12 % a la mejora del producto turístico, un 7 % al buen trabajo realizado por las administraciones en promoción turística y un 3 % a los competitivos precios. Así, la gran mayoría defiende que el éxito de la temporada se ha debido a factores externos.
Playas, carreteras, aparcamientos…
¿Donde se ha notado este aumento de la afluencia humana?. La gran parte de los participantes en la muestra de los cuadernos Gadeso sitúa la problemática en las playas (76 %), las carreteras y los aparcamientos (71 %) y las calles de los pueblos o ciudades (64 %). También se ha notado en los servicios públicos (31 %), los bares y restaurantes (27 %) y los establecimientos comerciales (13 %). Solo el 19 % no ha percibido masificación alguna.
¿Poner límites al turismo?
A su vez, desde los cuadernos Gadeso también plantean la cuestión de poner límites al turismo. Aquí las fuerzas están un poco más igualadas entre los que están a favor o en contra de la cuestión. La diferencia es de diez puntos. Así, el 34 % cree que Baleares no puede acoger estos índices de turistas, “es insostenible”, el 16 % apunta que “más visitantes no quiere decir más riqueza” y el 11 % cree que poner límites “es conveniente, pero inviable”. En el otro lado de la balanza están los encuestados que exponen que “es una situación coyuntural que se autoregulará” (17 %) y los que apuestan por adaptar la oferta turística a esta situación (22 %). El debate está en la calle.
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