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Cerca de 500 personas se movilizan en Menorca contra el TTIP

El miedo a perder derechos sociales y laborales lleva a los menorquines a mostrar una postura contraria al acuerdo comercial entre las grandes potencias


Comenzó el acto puntualmente y desde la convocatoria vespertina en la Explanada de Maó siguieron un trayecto que cruzó Ses Moreres, Hannover y acabó tras pasar por Ses Voltes en el puerto. En el manifiesto que se leyó en el acto se recordó porqué hay una presión popular contra los acuerdos secretos entre Estados Unidos y Europa o Canadá y Europa. Las legislaciones dispares deberían equiparar algunos asuntos como los derechos adquiridos por los trabajadores. Estos derechos no son iguales en uno y otro lado del Atlántico e irían en contra de los de este lado. Aunque la mayor parte de estas ideas son conjeturas, no son un tema baladí.

Paco Jiménez, portavoz de la manifestación en contra de estos tratados, ha mostrado su satisfacción por la respuesta popular y también por la presencia institucional en la marcha. Pese a todo espera más de las instituciones locales porque está cerca el momento en el que se desvelen algunos de los puntos de este tipo de acuerdos que -eso es lo que parece- favorecería a los empresarios en detrimento del proletariado. Jiménez expone que ya ha pasado otras veces y todo apunta a que el TTIP seguirá este camino. El CETA, un acuerdo entre Canadá y Europa, es un claro anticipo de lo que puede suponer las negociaciones entre grandes poderes fácticos del mundo de los negocios. Entre los puntos que preocupan a los detractores de estos acuerdos está el cómo quedan supeditadas las decisiones empresariales por encima de lo establecido en diferentes estados soberanos, es decir, el interés comercial primaría por encima de lo que un gobierno escogido democráticamente hubiera preestablecido. El día 18 de este mes es un día importante en este sentido porque se conocerán detalles de este último acuerdo citado.

Jiménez apunta que la manifestación ha sido una forma de sumarse a otros eventos similares que ya se han dado en otras ciudades europeas pero no es nada más que un punto y seguido en la lucha por la defensa de los intereses de los obreros frente a unos acuerdos que, a la par que opacos, someten a la mayor parte de la gente a los dictados del ansia de lucro de las empresas y grandes corporaciones.


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