Ferreries estrenó este miércoles nueva depuradora, pero mientras todo el mundo celebraba su puesta en marcha aún está pendiente una solución para las toneladas de lodos contaminados de la antigua depuradora.
El conseller de Medi Ambient, Vicenç Vidal inauguró este miércoles la nueva instalación que filtrará mejor las aguas residuales controlando así los metales pesados. Está operativa desde el final de octubre. Aunque ahora se encuentra en periodo de pruebas hasta el día 30 de diciembre.
La nueva planta permitirá incrementar la capacidad de tratamiento de aguas residuales hasta 438.000 metros cúbicos al año, unos 1.200 metros cúbicos por día, y dar servicio a una población de 7.300 habitantes, más del doble que la anterior instalación. Ha costado 2,1 millones de euros.
Se trata de una planta de fangos activos que incorpora un tratamiento terciario adicional de reducción de nutrientes, nitrógeno y fósforo, que ha permitido que el agua tratada sea de más calidad.
Pero de la antigua depuradora quedan 8.700 toneladas de fangos contaminados con metales pesados. Ahora hay que estudiar las opciones por saber qué hacer con los fangos,si enviarlos a la península para su tratamiento o construir un sarcófago. Así lo señaló durante la mañana de este miércoles aunque, posteriormente, tampoco cerró la vía a dejar que se queden en la misma laguna o que se r regeneren de forma natural.
Se trata de 8.700 toneladas de fangos con cadmio, mercurio y demás contaminantes que aún no tienen un plan para ser eliminados. Vicenç Vidal asegura que en estos momentos ya están valorando las acciones posibles y sus costes para retirarlos, pero aún no pone una fecha tope para su eliminación.
Estos elementos altamente contaminantes salieron de las fábricas de Ferreries que hasta hace muy poco vertían directamente sus residuos al alcantarillado general. Se teme también que enclaves paisajísticos de gran belleza como el barranco de Trebalúger y su playa tengan también porcentajes extraordinariamente altos de metales pesados.