Es más frecuente en destinos como Mallorca o Ibiza, donde en las últimas temporadas se han hecho estragos entre hoteles y otro tipo de residencias turísticas. Pero en Menorca es una práctica en auge. El modus operandi varía pero se basa en prácticas como la que sigue; Una familia contrata un seguro de viaje en el que queda cubierta la posibilidad de que algo eche al traste con las expectativas puestas en esos días. Luego se interpone una denuncia en destino relacionada a una intoxicación alimentaria o algo similar, temas difíciles de comprobar, sin información médica que lo corrobore. Siempre con el respaldo de un mismo bufete de abogados del país de origen se hace una reclamación de todo o parte del precio de las vacaciones y, paralelamente, esa misma familia reclama la indemnización del seguro en origen. Así, las vacaciones salen gratis o a muy bajo precio por medio de una simple denuncia difícilmente demostrable.
Fuentes de la Asociación Hotelera de Menorca han confirmado que trabajan en una campaña de concienciación entre los asociados para saber eludir las técnicas de engaño y poder descubrir si detrás de cada queja hay un motivo real o un simple intento de sacar partido a la buenas de los empresarios turísticos.
En estos últimos días, debido a la proliferación de los denominados claim farmers o creadores de reclamaciones, el gobierno británico ha lanzado un mensaje de advertencia para sus súbditos; la ley española actúa frente al fraude en las falsas reclamaciones de vacaciones. ASHOME está atenta a cómo evolucionan los casos conocidos y la manera en que la justicia está actuando. Algunas fuentes apuntan que debido al aumento exponencial de estas falsas denuncias en las dos últimas temporadas, las negociaciones entre touroperadores y empresas son diferentes.