El censo anual de aves acuáticas invernantes que el pasado fin de semana coordinaron los ornitólogos y voluntarios de la Sociedad Ornitológica de Menorca (SOM) en las zonas húmedas más importantes de la isla ha dado unos resultados a tener muy en cuenta, con casi 5.500 aves censadas -5.542 concretamente- de un total de 48 especies. Los coordinadores de la iniciativa apuntan que el censo que se enmarca dentro del programa internacional de seguimiento de aves acuáticas dirigido por Wetland International (IWC). En Menorca se realiza desde hace más de una década a través del SOM.
Este censo, desde el 2016, forma parte de un convenio para el seguimiento de la avifauna menorquina entre la entidad ornitológica y la Reserva de Biosfera de Menorca (Consejo Insular de Menorca).
El objetivo principal de este programa internacional es conocer la situación de las poblaciones de aves acuáticas y sus hábitats, las zonas húmedas. Aprovechando las grandes concentraciones de este grupo de aves que se producen durante la época invernal, se realiza un seguimiento coordinado que aporta una información muy valiosa a nivel internacional, nacional y local para llevar a cabo actuaciones de conservación, estudio y / o desarrollo local.
Año tras año, los ornitólogos menorquines censan las principales zonas húmedas de la isla: s’Albufera des Grau, se Prat de Son Bou, las Balsas de Lluriac, las Salinas de Fornells, el Prat de Son Saura del Sur …; de una forma metódica y sistemática. Este año (2017) han sido 11 las localidades censadas y 22 las personas que han participado.
En total se censaron 5.452 aves de 48 especies diferentes, datos muy similares a los dos últimos años donde se censaron 5.486 aves de 49 especies en el 2015 y 5312 aves de 45 especies en el 2016. La localidad con mayor presencia de aves acuáticas en el isla se s’Albufera des Grau, la más grande de las nuestras zonas húmedas, donde este año se censaron 3.683 aves de 24 especies.
La Albufera concentra en esta época las mayores poblaciones de focha, patos, cormorán y soterins. Otras zonas con presencia importante de aves acuáticas en el censo fueron el Prat de Son Bou donde se contaron 501 individuos de 23 especies y las balsas de Lluriac con 474 individuos y 16 especies. “Hay que destacar, que la falta de lluvias durante el invierno del año 2016 hizo que la balsa des Prat, adyacente a las balsas de Lluriac, permaneciera completamente seca, al igual que la balsa de Morella en el Parque natural”, apuntan desde el SOM.
Entre las especies observadas en el censo destacan el grupo de las limícolas, aves típicas de zonas embarradas y aceras de zonas húmedas con pico y piernas largas, de las que se detectaron 14 especies como el pasa-ríos gordo Charadrius hiaticula, la Jua Vanellus vanellus, el camaverda Tringa Nébula, el pierna-roja pintada Tringa erythropus o el sendero variante Calidris alpina; y los patos, mucho más abundantes y variados en esta época que en el resto del año y de los que se observaron 11 especies entre las que destacan por su abundancia el cuello azul Anas platyrhynchos, el rabassot Aythya ferina, el cucharón Anas clypeata o la pata Anas crecca. La especie más numerosa en el censo fue la focha Fulica atra, de la que se censaron 1.770 individuos. Esta ave eminentemente acuática, de tamaño medio, plumaje negro y pico y frente blancos, ocupa la práctica totalidad de zonas húmedas de la isla, grandes y pequeñas, siendo muy abundante en s’Albufera des Grau, principal zona de invernada en el isla y donde es localizó el 95’82% de la población con 1.696 individuos.
“Aunque no ha sido un año en que se hayan observado especies muy raras en el censo, posiblemente éstas pueden llegar con el frío de los últimos días, destacaríamos la presencia de algunos limícolas más propios de otras épocas del año como el avoceta Recurvirostra avosetta, una especie invernante escasa en la isla que suele pasar los meses fríos en el continente africano; o el pierna-roja roja Tringa totanus, el pierna-roja pintado Tringa erythropus y el pasa-ríos grande Charadrius hiaticula, especies muy frecuentes en los pasos migratorios primaveral y otoñal”, exponen desde la entidad.
A su vez, también destacan que “un aspecto muy positivo de los resultados observados en el censo del pasado fin de semana es la estabilidad que presentan las poblaciones de los nuevos patos nidificantes en la isla, como el rabassot pequeño Aythya nyroca, una especie muy escasa como nidificante en España y que posiblemente tenga en Menorca su principal núcleo reproductor; el pato de pico rojo Netta rufina, emblema de Parques Nacionales tan importantes como las Tablas de Daimiel; la pata friso Anas strepera, con una población invernante que a pesar de ser inferior a la de 2016 llega hasta los 162 individuos, muy por encima de los números de hace tan sólo una década; la pata blanca Tadorna tadorna, especie más propia de zonas húmedas salobres y que en la pasada época de cría en primavera 2016 experimentó una importante expansión en la isla; o el rabassot Aythya ferina, una especie nidificante escasa en Menorca, buceadores, y que suele hibernar en números importantes en casa, concentrando la práctica totalidad de los individuos en s’Albufera des Grau, la localidad más honda”.
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