Una cámara de alta definición con una buena lente de aumento (o el zoom digital correspondiente) son lo único que necesitan los vigilantes para cazar a los pescadores que se meten en los límites de la Reserva Marina del Norte de Menorca sin permiso.
En la reunión que mantuvieron esta semana los representantes de las fuerzas de seguridad del Estado, los ecologistas y el grupo Menorquins pel Territori, se valoraron las diferentes posibilidades de poner en común los recursos existentes para ser más efectivos.
En lugar de comprar más barcas neumáticas o contratar a más personal, pensaron en sumar sinergias entre diferentes entes que tienen un mismo objetivo. Y salió la idea de los drones. Aunque se ha popularizado su uso a nivel doméstico – juguete, los aparatos profesionales requieren una formación específica para su manejo.
Gastan poco, se pueden mover con facilidad por una gran extensión de espacio y acercarse a cualquier objetivo con mucha precisión. En muchos lugares costeros del país ya se están utilizando estos drones para el control de fronteras y detectar la afluencia de inmigrantes. También pueden identificar a distancia la matrícula de una embarcación o alguna característica identificativa. Fotografiar, filmar o transmitir. Teniendo este recurso, los pescadores furtivos ya pueden ir mirando al cielo para sonreir a la cámara, porque quizás les estarán filmando.