Aprovechando el día señalado en el calendario, la portavoz de ASPANOB en Menorca Joana Torres ha querido incidir en una reivindicación que no es tan nueva: conseguir mejor atención médica y asistencial para los pacientes infantiles y sus familias.
Para concretar un poco más, teniendo en cuenta las limitaciones que tiene el futuro proyecto de radioterapia que se está construyendo en el Hospital Mateu Orfila, Torres pide un servicio específico para los niños. “Cuando la enfermedad oncológica afecta a una persona que está en desarrollo, los tratamientos no pueden ser iguales que para una persona adulta”.
“Tampoco puede ser igual el trato o la asistencia médica a un niño o niña”. Torres cree que si el hospital de referencia (que es Son Espases en Mallorca) tuviera una unidad especializada, mejoraría mucho la actual oferta médica en las islas.
El cáncer infantil es un serio problema en los países desarrollados, aunque a veces no se le presta la atención que merece, porque queda oculto en la abundancia de los cánceres propios de la edad adulta y la vejez. A pesar de los grandes avances terapéuticos, el cáncer es la primera causa de muerte por enfermedad en la infancia y la adolescencia, a partir del primer año de vida. En España, actualmente, cada día muere por cáncer un niño o un adolescente. Los niños y adolescentes curados de cáncer, cada vez más abundantes, con frecuencia presentan secuelas que requieren atención médica, a veces, de por vida.
En la imposibilidad actual de una prevención primaria o secundaria del cáncer infantil, la lucha contra esta enfermedad reside en la tarea diagnóstica y terapéutica. El uso de registros de cáncer para evaluar los resultados finales de la asistencia al cáncer, mediante estimaciones de la supervivencia, se inició en el SEER Program de Estados Unidos, en los años 1970. En Europa, se inició en el Registro de Tumores Infantiles de Turín en los años 80, seguido de registros de otros países, incluido el Registro Español de Tumores Infantiles. El fin de estos estudios es evaluar la efectividad con que la capacidad diagnóstica y terapéutica de la oncología llega a los niños afectos de cáncer en las distintas poblaciones; identificar diferencias entre poblaciones; y las poblaciones alejadas del pronóstico esperable, así como, esclarecer las razones de estas diferencias.
En relación con las causas del cáncer infantil, los escasos factores de riesgo confirmados explican muy pocos casos. El origen es multifactorial, incluyendo una variedad de factores medioambientales (físicos, químicos y biológicos) y genéticos, donde la susceptibilidad individual sería importante y la interacción entre factores genéticos y medioambientales todavía es ampliamente desconocida. Algunas alteraciones genéticas predisponentes podrían tener origen medioambiental y algunos factores podrían actuar antes del nacimiento o de la concepción. Hasta hoy, los estudios epidemiológicos no han podido identificar riesgos medioambientales específicos. Alrededor de 1.100 niños enferman de cáncer cada año en España. Aunque poco frecuente, el cáncer infantil tiene gran impacto sobre las familias y es un importante problema de salud. El cáncer infantil no puede ser prevenido, la lucha reside en la prontitud del diagnóstico y el tratamiento.
La incidencia del cáncer infantil en España es de 155,5 casos nuevos anuales por millón de niños/as de 0-14 años.
Los tumores más frecuentes son leucemias 30%; linfomas 13% y tumores de sistema nervioso central 22%, cifra que engloba varios tipos de tumores. El neuroblastoma o tumor del sistema nervioso secundario (SNS) con un 8,8% de casos, se encuentra en cuarto lugar en cuanto a incidencia. La supervivencia de los enfermos de cáncer infantil en general ha aumentado 23 puntos (43%) desde 1980 a 2004.
El pronóstico del cáncer infantil en España ha mejorado espectacularmente: los casos diagnosticados en 2000-2005 alcanzan una supervivencia de 76-77%.