En el último pleno del Ayuntamiento de Maó se aprobó la actualización de la ordenanza municipal que regula los horarios comerciales y el control de los ruidos que se puedan producir.
Dice la regidora de comercio María Membrive que es difícil hacer una norma que contente a todo el mundo pero, como han escuchado con atención las alegaciones presentadas, creen haber conseguido el equilibrio necesario para que todo el mundo acepte y asuma estos cambios. A grandes rasgos, adelanta la hora de cierre de los establecimientos, de manera que según el momento del año y de la zona de la ciudad, la hora de cierre se adelanta una o dos horas.
En el pasado reciente se han creado encendidos debates de si se tenía que dar rienda suelta a la actividad de un establecimiento, comercio o bar aunque eso supusiera tener escándalo hasta tarde por la noche, o -por el otro lado- si adelantar la hora de cierre o limitar la actividad podía suponer la pérdida de atractivo el comprar o incluso pasear por dentro de Maó.
Aunque Membrive no desvela a cuánto suben las multas por no cumplir con esta renovada ordenanza, sí que insiste que antes de sancionar, siempre hay que agotar la vía del diálogo.