La última visita del conseller de territorio, energía y movilidad Marc Pons con los contactos del Ministerio correspondiente en Madrid ha sido positiva. Hay buena predisposición para dar el paso y convertir la central de Endesa en el puerto de Maó en un ejemplo de transición energética.
Se estima que eso podría suponer un menor coste ambiental para la isla, reduciendo la emisión de CO2 a la atmósfera y suponiendo un ahorro para la compañía. En los mercados, el precio del gas es menor que el del fuel oil, aunque la hemeroteca demuestra que con la última ola de frío en Europa, la variación del precio al alza es sensible al termómetro.
El Plan de transición energética que ha preparado el Govern balear pretende que el gas ya esté en la central de Maó antes de 2020. Por eso el conseller Pons ha pedido al secretario de Estado del Ministerio que se garantice el suministro para la isla. La buena predisposición del Estado tiene una cita para este próximo mes de octubre, donde se valorarán los costes de toda la operación y de la garantía del suministro correspondiente.
Por otro lado, también se habló del segundo cable eléctrico que unirá Mallorca y Menorca y para el que se prevé una inversión de 78 millones de euros. Las obras de esta conexión, que daría mayores garantías de suministro energético y reduciría la dependencia energética de la central de Maó, podrían comenzar en el 2018.