El principio es sencillo; utilizar el amor para educar a nuestros hijos. La pregunta siguiente sería si es que algún padre o madre en Menorca no aplica esto. Al parecer, según Caparrós, la sociedad actual está utilizando métodos y técnicas heredadas y otras adquiridas que van en el mal camino. El estrés, el resentimiento, el sentimiento de culpa, la falta de autoestima. Todo ello está de una u otra manera en el ADN de más de una generación que bebió de otras en las que no lo hacían mejor. Hay algunos principios básicos (o propuestas) que brinda Caparrós.
Los padres son el espejo en el que se reflejan los hijos. Si los padres gritan cotidianamente, se quejan de sus vidas y circunstancias, si no dedican tiempo a los hijos o éste tiempo no es de calidad (para jugar y entregarse a la atención del otro),… todo esto lo perciben los hijos y así van forjándose su carácter, su muralla, como ejemplo de lo que ven. Con el paso del tiempo surgen entre padres e hijos graves dificultades de comunicación.
Pero hay más. En los talleres que ofrecerá Caparrós en Maó y Sant Climent a partir de octubre (una sesión al mes durante lo que dura el curso escolar) se focaliza la atención a los propios padres, dándoles herramientas y dinámicas para comprobar que con amor se puede educar mejor. Luego, la felicidad de una persona es lo que se trabaja, consiguiendo que eso se transmita después a los hijos.
Las asociaciones de padres de La Salle de Maó y este año también la de Sant Climent han organizado estos talleres, aunque están participando padres que vienen incluso de la otra punta de la isla.