Las estaciones que captan y analizan el aire no son algo nuevo en Menorca. En el pasado se han utilizado por la Universitat de les Illes Balears para llevar a cabo estudios de gramíneas en aire para información dirigida a alérgicos. Pero en el entorno del puerto de Maó se realizan estudios para determinar también los niveles de contaminación.
La quema de gasoil y fuel oil en la central térmica generan ciertas sustancias que acaban en el aire. Para llevar un control de los porcentajes de estas partículas se hacen periódicamente controles con estaciones móviles. Sin embargo, algunas voces están considerando la posibilidad de solicitar que la administración se involucre y aporte una estación más, independiente, para cotejar los datos que se obtienen hoy.
Aunque Menorca presume de ser Reserva de la biosfera, hay muchos elementos que la convierten una isla con demasiada contaminación. Fuera del ámbito de la quema de combustible fósil en el puerto están los restos tóxicos que se mezclan en el fondo de los lodos del mismo puerto, con el tema de los lixiviados de Es Milà en su momento, con los lodos tóxicos de Ferreries u otros casos.
Tener elementos de control de la calidad del aire no debería ser un tema únicamente de las grandes ciudades si no que Menorca debería optar -según estas mismas fuentes- a elementos de control independientes que ayudaran a dar información transparente de la evolución de la presencia o ausencia de partículas tóxicas en la atmósfera.