El aceite de oliva es uno de los mejores ejemplos a la hora de conciliar gastronomía y salud. Es un producto de tradición milenaria, cuyo valor ya fue reconocido por distintas civilizaciones, aunque también cuestionado durante décadas hasta el punto de desaconsejarse su consumo a favor de otros aceites vegetales, como el del girasol o el de maíz.
Sin embargo, desde que se empezaran a reconocer en los años 50 los beneficios de la dieta mediterránea, cuya principal fuente de grasa es el aceite de oliva, son numerosas las evidencias científicas que demuestran los beneficios de su consumo diario y moderado.
Pero, ¿todos los aceites de oliva son igual de saludables? ¿Qué tiene el aceite de oliva que no tengan los aceites de semillas? Los habitantes de Maó podrán descubrir estas y otras cuestiones gracias al taller ‘El aceite de oliva, el oro líquido de nuestro tiempo’, que se celebrará mañana jueves y el viernes en el Ateneu (Sa Rovellada de Dalt, 25). El jueves, 14 de diciembre, a las 20:00 horas y el viernes, 15 de diciembre, a las 10:00 horas.
Las investigadoras Raquel Mateos y Beatriz Sarriá, del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) intentarán dar respuesta a dudas frecuentes sobre este alimento. Así, en el taller se repasarán los tipos de aceite disponibles comercialmente para saber cuál es el más adecuado según el uso que se le quiera dar.
También se ahondará en su composición para conocer los ingredientes que lo hacen único y proporcionan ese valor nutricional, pese a tratarse de un producto graso. La actividad, en la que se presentarán los trabajos científicos más relevantes en torno a los beneficios para la salud que conlleva su consumo, se complementará con una cata de aceites cuyo objetivo es conocer aspectos clave de este producto.
En la cata se explicará cómo analizar este producto a través de las fases olfativa, gustativa/retronasal y táctil, las características sensoriales (sabor, aroma y textura) y la descripción de los principales atributos negativos y positivos. Esta actividad se enmarca en el proyecto de divulgación científica Ciudad Ciencia, una iniciativa desarrollada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Obra Social “la Caixa” cuyo fin es que los habitantes de localidades españolas conozcan de primera mano la actualidad científica y tecnológica. La red de Ciudad Ciencia está formada por 42 municipios.