El 16 de marzo de 2008, un grupo de imberbes peloteros llegados desde distintos puntos de Brasil disputó en Menorca un partido amistoso contra una selección de jugadores de la Isla de la categoría sub 16. Entre esa pléyade de futuras estrellas sobresalían dos chicos: Neymar y Coutinho. Hoy, un buen puñado de años más tarde, los dos han sido protagonistas de los traspasos más caros del planeta y andan en boca de todos.
Tòbal Tudurí, actual entrenador del Sami y director del torneo Mecup Menorca, se dedicaba por aquel entonces a organizar torneos. Logró traer a la Isla a las selecciones de Brasil sub 16 y sub 19, que también pasaron por algunos puntos de la Costa Brava. En el combinado cadete ya destacaban dos tipos que estaban muy cerca de alcanzar el profesionalismo.
“Eran las dos estrellas del equipo”, recuerda Tudurí. “Neymar ya tenía un contrato semiprofesional en el Santos. Algo similar sucedió con Coutinho en el Vasco de Gama. De hecho Coutinho fue el primero en salir al cabo de un par de años al Inter de Milán por una gran cantidad de dinero”.
Los dos, junto a Casemiro, que no destacaba tanto pero que ha acabado siendo un pilar fundamental en el Real Madrid que ha conquistado las dos últimas ediciones de la Copa de Europa, jugaron en Sant Lluís ante cerca de 1.000 aficionados que se citaron en Ses Canaletes. “Eran los jóvenes que más destacaban en Brasil”, relata Tudurí.
Ahora, justo en la temporada en la que Neymar ha recalado en el Paris Saint Germain a cambio de 222 millones de euros, Countinho ha llegado al Barça por 120 millones más 40 en variables. Casemiro es indiscutible en el Real Madrid y Menorca echa la vista atrás: “Le dije a Sino Carretero, por entonces alcalde de Sant Lluís: recuerda estos dos nombres -Neymar y Countinho- porque serán jugadores de elite. Ya lo eran, no es que yo lo adivinara…”
El combinado sub 19, con algunos futbolistas que hoy juegan en Brasil, pero sin tantas estrellas, llenó el Estadi Maonès. La visita de las dos selecciones fue un acontecimiento y algunos jugadores menorquines que participaron en aquella fiesta podrán contar hoy que se enfrentaron a dos de los mejores (y más caros) futbolistas del mundo.
