Su aparición suele darse “cada año en primavera, cuando el invierno comienza a ceder y el termómetro”, a subir. Sin embargo, su presencia se adelanta cuando las temperaturas “aumentan antes de lo previsto”.
Además de en pinares, este tipo de orugas, que se desplazan en hilera como si se tratara de una procesión (de ahí su nombre), puede encontrarse también en áreas urbanas, en parques, jardines, colegios, urbanizaciones y áreas residenciales donde haya presencia de pinos y otras especies arbóreas como cedros y abetos.
El contacto con esta especie puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas, ya que en caso contacto directo con la oruga su pelo se clava en la piel liberando un producto tóxico que provoca la liberación de histamina en la persona afectada y con ello la reacción alérgica, han explican desde Anecpla.
Desde la asociación ponen como remedio sistematizar los tratamientos de control y prevención de esta especie, como la destrucción de bolsones, tratamientos con insecticidas, empleo de trampas de feromonas o la instalación de barreras físicas.
Molt despilfarrà en personal y amics subvencionats i sense presopost per feromonas.
No fan res be!!!!!