Camestortes en Maó y Bernat Figuerola en Alaior murieron en medio de un dolor desconsolado ya que las fiestas y los excesos de estos últimos días acaban con ellos y dejan paso a la cuaresma del ayuno y la meditación. En todos los municipios isleños en donde hubo celebraciones de este tipo decenas de personas salieron a la calle para seguir el testamento de los finados y acompañar al cortejo fúnebre en su procesión por los bares y cantinas de la localidad. Poblaciones como Alaior, Mercadal o Ferreries tuvieron una jornada festiva o medio laborable para que todos sus vecinos pudieran disfrutar del último gran día de fiesta antes de iniciar la cuaresma. El único consuelo para los pequeños de Maó es que ahora ya saldrá a la calle s’Àvia Corema para ir perdiendo un pie hasta la llegada de la Semana Santa. |