Este fin de semana participan de los actos organizados en el marco de la Feria Pro Turismo de Alaior. Helena Rubí, portavoz de Pescaturismo, destaca la implicación de esta empresa turística que trabajan por el desarrollo y activación de un turismo que abogue por unas prácticas responsables con el medioambiente, la economía y la sociedad local. Algo que ya les ha valido un reconocimiento en la pasada edición de la feria turística FITUR.
No se trata de ir a nadar y a pescar. Se trata de acompañar a los pescadores en su faena cotidiana, como espectadores de un arte que está en horas bajas. La dificultad de este oficio, que no siempre da beneficios, está poniendo contra las cuerdas a todo el sector de la pesca tradicional de nuestras islas. Por eso en Mallorca llevan años ofreciendo la posibilidad a turistas o a los propios residentes de la isla, una aproximación a lo que es el día a día en un barco de pesca. El resultado es satisfactorio para quien sube por primera vez a estas barcas. Descubren de primera mano un oficio como el de la pesca y acaban la jornada comiendo con los mismos pescadores de lo que les ha dado el mar. Por su parte, los pescadores obtienen un ingreso extra que ayuda a mantenerse a flote.
Pescaturismo es una fórmula que funciona en otros lugares de la costa española. La fórmula a la que se acoge un sector necesitado y del que en los últimos años se han ido perdiendo un importante número de trabajadores puesto que apenas hay renovación generacional. Las dificultades van en aumento; la protección contra la sobrepesca, el precio de los carburantes y la falta de mano de obra podrían hacer desaparecer la pesca en Menorca en apenas diez años según algunos expertos. Pescaturismo es un complemento que podría evitarlo. De momento todas las sensaciones son positivas. En la isla hay tres embarcaciones que ofrecen este tipo de salidas y su elemento educativo encaja para un público familiar a la perfección.