La escalada de violencia en Siria aumenta de forma alarmante. Tras el ataque con armas químicas por parte del presidente Bashar Al-Sadad contra su propia población EEUU, Gran Bretaña y Francia atacaron este sábado con misiles diferentes instalaciones militares gubernamentales sirias relacionadas con la capacidad militar para este tipo de ataques.
Por su parte, Rusia, gran aliada de Al-Asad , ha criticado durísimamente las acciones de los países occidentales pero durante el bombardeo no activó sus baterías anti aéreas para repeler la agresión.
Siria vive desde hace años una guerra civil que se agravó con la entrada en escena del ISIS. Tras derrotar a a estos últimos con ayuda de potencias extranjeras el Gobierno sirio ha vuelto a centrarse en el conflicto interno y hace una semana mató a 80 civiles, entre ellos gran cantidad de niños, y afectó a un total de 500 personas.