El número de personas mayores que viven solas en España vuelve a crecer hasta las 1.960.900, rozando ya los 2 millones, según la Encuesta Continua de Hogares de 2017 publicada por el Instituto Nacional de Estadística. En las islas ha aumentado hasta los 37.200.
Cada vez más personas mayores viven de manera autónoma, lo cual es un avance, pero a la vez cuentan cada vez con menos lazos afectivos a su alrededor, una combinación que se convierte en factor de riesgo de sufrir soledad no deseada, advierte la Fundación Amigos de los Mayores, ONG dedicada a paliar la soledad de las personas mayores. Así, el 59 por ciento de las personas de 65 o más años que residen en hogares unipersonales reconoce sentirse solo (estudio CIS-Imserso).
Entre otros efectos, la soledad no deseada puede generar deterioro cognitivo, depresión, pérdida de movilidad, enfermedades cardiovasculares y mortalidad temprana, segúnrecientes investigaciones.
La soledad, considerada ya por los expertos como la “epidemia del siglo XXI”, ha llevado a países de nuestro entorno a adoptar planes estatales frente a este fenómeno, desde Holanda a Reino Unido, que incluso ha creado una secretaría de Estado específica.
PRINCIPALES ESTADÍSTICAS DEL INE
La población de 65 años o más que vive sola vuelve a aumentar y roza ya los 2 millones de personas, en concreto 1.960.900, según la Encuesta Continua de Hogares del INE.
Así, de los 4.687.400 españoles de cualquier edad que residen en hogares unipersonales el 41,8 por ciento son personas mayores. En este colectivo, una vez, predominan las mujeres mayores, con 1.410.000 y un 71,9 por ciento, frente a 550.900 hombres (28,1 por ciento).
Por edad, el 41,3 por ciento de las mujeres mayores de 85 años viven solas, frente al 21,9 por ciento de los hombres del mismo segmento.
La soledad en las mujeres se acentúa con la edad, como apunta el hecho de que, entre todos los hogares unipersonales habitados por mujeres, casi la mitad (el 47,5 por ciento) pertenece a viudas.