El líder socialista ha pedido a los nacionalistas vascos “comprensión”, “empatía” y “predisposición” para esa nueva relación política que “abre un nuevo tiempo para España y para Euskadi”.
Tras insistir en que “no entraba en sus planes” presentar esta moción de censura, Sánchez ha defendido que para los socialistas era “necesario trazar una línea roja, un cortaincendios”, a la vista de la sentencia del caso Gürtel, “en el sentido de decir nosotros no somos esto y la democracia no lo puede tolerar”.
En su respuesta al portavoz del grupo vasco, Aitor Esteban, el líder socialista ha incidido en que el PSOE y el PNV son ambos partidos “centenarios, con hondas raíces” y en que si los socialistas se reivindican como la historia de España, el PNV es la historia del País Vasco”.
Sánchez, que ha rechazado que su iniciativa se deba al “oportunismo político“, ha hecho hincapié en que, si gana la moción, los próximos meses serán “complicados, difíciles”, dada la “fragmentación” del parlamento.
No obstante, ha recordado que él mismo fue “víctima de la fragmentación parlamentaria”, en alusión a su investidura fallida, pero ha asegurado que ha “aprendido de ella”.
“He tenido tiempo de analizar mis errores y le garantizo que, como partido de Estado, intentaremos anteponer los intereses generales a los partidarios“, ha prometido.
Durante su intervención, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha afirmado que mantendrá el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2018 por “responsabilidad de Estado” y para mantener la estabilidad económica en el país y garantizar la gobernabilidad, un gesto para tratar de arrancar el decisivo apoyo del PNV. En su réplica, el presidente del Gobierno le ha recordado que votó en contra de las cuentas y ha indicado que Sánchez no tiene proyecto para España.