El Consell comprará el poblado talayótico de Son Catlar en Ciutadella por un precio de 580.000 euros. El terreno afectado ocupa una extensión de 3,75 hectáreas, y su interés recae fundamentalmente en el hecho de que es el único poblado menorquín que conserva completo todo el perímetro de la muralla. Esta estructura presenta una longitud de 900 m, una altura máxima de 3 metros y una anchura máxima de 6 metros. El sistema defensivo de Son Catlar constituye un conjunto de primordial importancia para el estudio del final de la época talayótica y sus influencias externas.
Por otra parte, en el interior del poblado se encuentra toda la tipología arquitectónica de los poblados talayóticos: se conservan varios talayots y un recinto de taula que, a diferencia de todos los demás conocidos, tiene dos portales de acceso a la fachada . El conjunto se completa con restos de casas talayóticas circulares y otras construcciones.
Desde el 2015, un equipo de la Universidad de Alicante lleva a cabo un proyecto, centrado en la muralla, que ha abierto una línea de investigación nueva dentro de la protohistoria de la isla. Cabe decir que el estado de conservación y la complejidad de su sistema defensivo convierten este yacimiento en algo único, no sólo en Menorca, sino a todo el conjunto de Baleares y en todo el Mediterráneo Occidental. Según las últimas investigaciones, la muralla fue construida en el siglo VI aC, y hacia el siglo III aC se adosaron sistemas defensivos nuevos y desconocidos en la cultura talayótica como son torres avanzadas, garitas, plataformas artilleras… Estas estructuras deben relacionarse con las Guerras Púnicas, un momento de convulsión en el Mediterráneo debido al enfrentamiento entre Roma y Cartago.
A este interés científico se le han de añadir las ventajas que representa en relación al fomento de las visitas: el acceso desde el concurrido Camí de Porta a las playas de Son Saura, y la existencia de un lugar donde aparcar vehículos.
En definitiva, Son Catlar constituye, junto con Torre d’en Galmés (Alaior), uno de los dos poblados talayóticos mejor conservados de la isla y con más potencial para explicar a los visitantes la cultura talayótica.
Son Catlar es de titularidad privada y requiere inversiones públicas para ponerlo en valor. Su adquisición permitirá no sólo intensificar las tareas de investigación, sino también hacer visitables nuevas zonas, mejorar los itinerarios dentro del yacimiento, instalar nuevos paneles explicativos, etc.
Por otra parte, con esta adquisición se paliará la situación de la falta de yacimientos arqueológicos públicos en Menorca. Hay que tener en cuenta que de todos los poblados talayóticos existentes en Menorca, únicamente tres son públicos: Torre d’en Galmés, Montefí y una parte de Trepucó.
Este yacimiento arqueológico cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural, el máximo nivel de protección del patrimonio histórico. Actualmente es de titularidad privada, y formaba parte originalmente de la finca agrícola del mismo nombre, pero fue segregado recientemente.