“La pizza no sólo debe ser sabrosa, también tiene que ser digerible y sentar bien. No debe suponer una digestión pesada. Cuando se trabaja para que la pizza siente bien más allá de la hora de comer es cuando estamos en la senda del éxito ya que es cuando fidelizaremos a los clientes”. Quien lo dice es Massimiliano Bacich instructor senior y consejero de la escuela de la Asociación de Pizzeros de Italia (API) con sede en Roma. Este especialista en el arte del plato transalpino por excelencia se encuentra en Menorca asesorando a Baraka para crear la mejor pizza posible en la isla. Bacich se suma así al proyecto de mejora de Baraka para lograr un salto cualitativo en este sector de restauración. Pablo Fotia, gerente de Baraka (Josep Mª Cuadrado 79 de Maó y Av. Sa Pau 138 de Sant Lluís) , es el responsable de traer al maestro Bacich a la Isla. Primero acudió a Italia a aprender en la escuela de la API y este año se trajo a uno de sus profesores senior. Esta búsqueda de la mejor pizza posible le ha llevado ya a cambiar hace un tiempo la masa de su tienda. “Hacemos masa cada día con agua, harina, aceite de oliva virgen extra, sal y levadura, pero luego la dejamos madurar entre 72 y 96 horas para que alcance su estado óptimo. El resultado es una pizza más digerible, con un 30% menos de hidratos de carbono. Tiene buen sabor y sienta bien. Es saludable. No es un fast food” explica Bacich. El cuidado artesanal para hacer la masa les lleva a usar agua tratada para evitar impurezas, harina traída expresamente desde Italia, aceite de oliva extra y realizan el tratamiento de la masa en cámaras con temperatura controlada. “Trabajamos además con una férrea disciplina en lo que respecta al control de calidad de los ingredientes, a la medición de los ingredientes y a la temperatura en que se conservan” señala el maestro pizzero. “También controlamos que haya equilibrio entre los condimentos para que la humedad que se genera en el producto antes de entrar al horno sea la óptima” explica un Bacich que suma 19 años enseñando a hacer pizza en Roma a más de 4.000 profesionales de la restauración. Bacich y Fotia señalan que el objetivo final es crear una cultura gastronómica de la pizza para que los clientes sepan comparar su producto y el de la competencia para poder elegir con argumentos cuál es su preferida. “Queremos que sepan juzgar lo bueno que es una pizza por sus propios conocimientos” señalan los dos. Para constatar quién es Massimiliano Bacich les dejamos con un par de vídeos.
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