El verano es para muchos la estación favorita del año, porque los días son más largos y el calor se agradece después de tantos meses de frío, pero este calor también empieza apretar por la noche y aquí es cuando empiezan los problemas. Según los datos de la encuesta Habitissimo, el 68% lo españoles lo que más odia del verano es el no dormir bien por las noches.
En verano dormimos peor debido al aumento de las temperaturas, el clima bochornoso y la humedad nocturna, factores que propician que demos vueltas y vueltas en la cama intentando conciliar el sueño sin éxito. Por este motivo, tener un dormitorio fresco es todo un oasis.Y es que es ahora cuando más echamos de menos tener una cama en la que descansar a una temperatura óptima. La plataforma habitissimo te aporta una serie de consejos para que puedas dormir a pierna suelta y fresco.
Un ventilador que mueve el aire
Todo un clásico eso del verano y el ventilador. Lo ideal es que las aspas empujen el aire hacia abajo. Por otro lado, recuerda que eso de tener toda la casa de par en par como hacían las abuelas no es del todo bueno para mantener la temperatura. Refresca por la mañana, ventila bien aprovechando las ventanas enfrentadas y cuando los grados de fuera superen a los de dentro, debes cerrar las ventanas para que la vivienda se mantenga aislada del calor.
Abre o cierra las puertas
Según la ubicación de tu cama o la de tu dormitorio, es muy posible que una puerta abierta o cerrada juegue a tu favor o en contra. Si tu dormitorio tiene salida al exterior, pégales un repaso a las puertas exteriores para asegurarte de que cierran bien. Para las interiores depende un poco de si tienes o no aire acondicionado o de la temperatura de confort que puedes llegar a alcanzar. Algunos prefieren poner el aire acondicionado en una función de descanso y cerrar la puerta del dormitorio para que no se escape. Otros, en cambio, prefieren no ponerlo y jugar con las corrientes entre ventanas contrapuestas.
Si no hay más remedio, duerme con el aire acondicionado
Hazte con un buen split que no consuma demasiado y que necesite poca obra. Normalmente nos da un poco de apuro eso de poner el aire acondicionado en el dormitorio, pero cuando la temperatura y la humedad suben, no hay más remedio que usarlos. Elige un modelo que como máximo alcance los 24 decibelios de presión sonora, con una función “sleep” o similar que paulatinamente suba los grados hasta apagarse por completo. Recuerda que la humedad óptima roza el 45%, pero se acepta un baremo que va desde el 40% al 60%. Y que 26º se duerme perfectamente y, así a la vez hacemos un consumo mucho más responsable.
Baja toldos y cierra ventanas
Si en tu dormitorio tienes una ventana soleada, no dudes en instalar un toldo que la mantenga mucho más sombría y fresca. Hay que tener en cuenta que un buen toldo puede reducir hasta un 65% la entrada de calor en tu casa. Por otro lado, las ventanas pueden ayudar a aumentar el aislamiento, estas deben tener un sistema de rotura de puentes térmicos que integran un elemento aislante que impide que entre el calor. Además, no hay que olvidar que un cristal óptimo es tan importante como una buena ventana, ya que hasta el 25% de la energía de las viviendas es intercambiada por las ventanas. El precio dependerá del tamaño, entre 200€ por una ventana y 900€ por las cristaleras correderas del balcón.
Un buen aislamiento es la clave
Tener un correcto aislamiento en tu dormitorio -o en toda tu casa- puede llegar a reducir hasta un 30% tus gastos en aire acondicionado en verano. Otra opción es usar pinturas que reflejen la luz y desvíen el calor (los tejados negros o oscuros absorben el calor del sol; en cambio, los blancos lo hacen rebotar) o incluso invertir en una fachada de doble hoja que garantice un buen aislante. . Si estas mejoras se realizan en el marco de una reforma integral, el coste no será tan elevado. Para una obra de 30.000 y 40.000 euros, el presupuesto se encarecería entre un 10% y un 20%, pero permitiría a la larga un ahorro mínimo del 40%. Si la vivienda es anterior a los años ochenta, la reforma puede brindar un ahorro energético de entre el 30% y el 80%, si es posterior reduce el gasto entre un 30% y un 60%. Además, en el 80% de los casos el aislamiento térmico también es acústico.