“No es momento de elucubrar sobre los futuros usos”, dijo el conseller Marc Pons al anunciar que el Govern se comprometería en la compra al SAREB de los cuarteles de la Explanada de Es Castell. En el pueblo llevan muchos años intentando recuperar estos edificios desde el momento aquel en el que se decidió venderlos a una empresa privada que había asegurado que convertiría las antiguas dependencias castrenses en un hotel de lujo que daría trabajo y riqueza a Es Castell. Nada más lejos de la realidad. Las piedras burocráticas en el camino así como la llegada de la crisis hicieron que ni el empresario Vicente Grande, ni Sa Nostra después, pudieran hacer buen uso de él.
Mientras, vecinos se organizaban para pedir que la administración recuperara los edificios, ya desvencijados, para que Es Castell pudiera acoger servicios al ciudadano que no disponía y que, aún hoy, obligan a buscarlos en la cercana población de Maó.
La asociación de vecinos integró los esfuerzos ciudadanos y fomentó debates y jornadas en las que intentaban explicar la necesidad de conseguir lo que parece que va a pasar; en 2019 ya habrá partidas presupuestarias destinadas a la compra de los edificios. Un primer e importantísimo paso para conseguir la titularidad pública. Luego, y no se puede esperar mucho, hará falta un proyecto de reforma y consolidación de los edificios. El de intendencia, que usaba el Ayuntamiento porque se lo habían prestado, tuvo que clausurar las actividades culturales que realizaba por el paupérrimo estado de algunas de las vigas del techo.
Pero, como explicaba Gonzalo Seguí, presidente de la asociación de Es Castell en Radio Menorca esta semana, con la titularidad pública se pueden abrir líneas de ayudas o subvenciones que den soporte a la adecuación de los edificios. Llenar de servicios públicos los edificios del centro de la población, permitirá que los jóvenes no se vayan a estudiar a otras poblaciones o que los mayores no queden ingresados en centros lejos de sus hogares.